Al menos 62 migrantes mueren al hundirse su embarcación en la costa italiana
Los trabajadores de
salvamento han logrado rescatar a 80 supervivientes de una barcaza con unos 200
ocupantes. Entre los cadáveres, una docena de niños y más de 30 mujeres. Roma
apunta a Europa y clama por una solución compartida
Daniel Verdú| Lorena
Pacho
El viejo pesquero, un
maltrecho artefacto de unos 20 metros de eslora, zarpó desde el puerto de
Esmirna, en el oeste de Turquía. El barco, en el que viajaban hacinadas unas
177 personas, navegó durante unos cuatro días sorteando la costa griega
buscando la punta del sur de Italia a través del mar Jónico. La ruta es cada
vez más frecuente en los viajes que ofertan los traficantes a migrantes que
escapan de países asiáticos. Pero casi siempre se hace con veleros
relativamente seguros y con mayor fortuna. Esta vez, cuando la embarcación ya
estaba a 150 metros de la costa, tras una travesía de unos 1.200 kilómetros, un
tremendo oleaje la mandó contra las rocas y la partió violentamente en dos. Los
migrantes cayeron al mar. Algunos pudieron alcanzar nadando la orilla de la
playa de Steccato di Cutro, una localidad turística calabresa, a 20 kilómetros
de Crotona. Al menos otros 62 se ahogaron y sus cuerpos terminaron cubiertos con
una manta sobre la arena o rescatados por la Guardia Costera. Murieron unos 20
niños, entre ellos al menos un recién nacido. El naufragio, uno de los más
graves en la costa italiana, es otra mancha de sangre en el reiterado fracaso
de Italia y la Unión Europea de crear una política migratoria común.
Las primeras hipótesis
señalan que el barco topó con algún arrecife y luego se fue contra las rocas.
La información, difundida por la sección italiana de Médicos Sin Fronteras
(MSF), descarta también, a partir de los testimonios de supervivientes, que hubiera
alguna explosión, como se señaló al inicio. Luego, cuando el mar fue
endureciéndose, los migrantes “no tuvieron tiempo de pedir ayuda” y no pudieron
evitar que la embarcación se estrellase contra las rocas y se partiese en dos
golpeada por la fuerza de las olas.
Algunos de los 80
supervivientes ―21 fueron trasladados a distintos hospitales de la zona―
llegaron a la costa por sus propios medios. Igual que los pedazos del barco,
hecho añicos del impacto. “Están vivos de milagro”, señaló un portavoz de la
Cruz Roja. Entre ellos se encuentra un ciudadano turco, a quien la policía
acusa de tráfico de seres humanos y de ser el responsable del viaje mortal.
También se encontró la la documentación de al menos otra persona que le
acompañaba en el trabajo, pero su cuerpo no ha aparecido.
Las autoridades italianas, que están recogiendo testimonios de los supervivientes para tratar de esclarecer cuántas personas viajaban en la barca, temen que el número de víctimas mortales pueda aumentar, debido a las malas condiciones del mar. Muchos de los cuerpos han aparecido este domingo en las playas cercanas a Steccato. Otros han sido recogidos de las aguas cercanas. De hecho, uno de los cadáveres, como informó MSF, llegó a encontrarse en Catanzaro, a muchísima distancia del accidente.
Las imágenes
compartidas por la prensa local muestran los pedazos de una embarcación de
madera completamente destruida sobre la playa. “Cuando llegamos al sitio del
naufragio vimos cadáveres flotando por todos lados”, ha señalado al periódico
local Il Crotonese Laura De Paoli, médico del Cuerpo Italiano de Socorro de la
Orden de Malta (CISOM), “rescatamos a dos hombres que sostenían a un niño.
Lamentablemente el pequeño estaba muerto”.
La ruta turca
La ruta que une por mar Turquía con Calabria y Apulia, en el sur de Italia es además de larga, peligrosa y una de las más costosas para los migrantes, a menudo en segundo plano detrás de las vías que atraviesan el Mediterráneo Central y Occidental. Los investigadores han podido constatar que no se trata de un fenómeno ocasional y que lleva activo casi una década, pero que ha aumentado en los últimos tiempos. Según los datos de Frontex, unas 42.800 personas utilizaron la llamada ruta turca en 2022. La mayoría, como el caso del naufragio de este domingo, proceden principalmente de las zonas de guerra como Siria, Irak o Afganistán, y también de Irán, Pakistán e incluso Nigeria.
Varias fiscalías
italianas, entre ellas la de Calabria, alertadas por el fenómeno, han iniciado
investigaciones. Han detectado que la travesía se realiza no solo con barcazas
maltrechas (como la de este domingo), sino muy a menudo con veleros,
considerados más seguros y menos visibles. El tráfico está gestionado por
bandas turcas, algunas tienen incluso grupos criminales permanentemente
presentes en Calabria, pero los traficantes de seres humanos proceden casi
siempre de Rusia y Ucrania. El pasado noviembre, un velero llegó a Sicilia con
99 afganos y paquistaníes a bordo. Los patrones eran de nacionalidad rusa, pero
el barco tenía bandera ucrania.
Muchos de los migrantes
que eligen esta ruta hacen escala en Grecia y luego continúan el éxodo a través
de los Balcanes. En este caso no fue así. Un avión de la agencia europea de
fronteras (Frontex) que patrullaba en la zona avistó la barcaza el sábado por
la tarde a unas 40 millas de la costa italiana. No había ONG en esa zona. No
suele haberlas, pero además, los últimos decretos del Gobierno de Giorgia
Meloni ―imponen fuertes sanciones, no permiten los rescates múltiples y asignan
puertos muy alejados al lugar del naufragio― han dificultado mucho su labor en
el Mediterráneo. Dos equipos de rescate de Calabria y Apulia se hicieron a la
mar. Pero las pésimas condiciones meteorológicas les impidieron llegar a la
zona y tuvieron que regresar a puerto. Cuando finalmente pudieron alcanzar la
zona, lo único que pudieron hacer fue constatar el naufragio y la
descomposición de la embarcación, completamente destrozada por un fuerte
oleaje.
Meloni contra los
traficantes
La tragedia, que acerca
ya el número de muertos en el Mediterráneo en diez años a los 26.000, marcará
profundamente el debate político en torno a la inmigración en Italia, casi
siempre convertido en una trinchera para la guerra entre la derecha y la
izquierda. La primera ministra Meloni ha expresado este domingo su “profundo
pesar” por el naufragio y se ha comprometido a detener la migración marítima
irregular para evitar más tragedias. “El Gobierno se compromete a evitar las
salidas [de migrantes] y con ellas estas tragedias, y lo seguiremos haciendo”,
se lee en la nota que publicó el Ejecutivo. Meloni ha puntualizado que en
primer lugar exigirá “la máxima colaboración de los países de origen y de
salida [de los migrantes]”.
El líder del Movimiento
5 Estrellas y ex primer ministro, Giuseppe Conte, ha reclamado la
responsabilidad de los socios europeos: “El Mediterráneo se sigue manchando de
sangre. Ahora tenemos que dejar a un lado los eslóganes y hacer que Europa esté
realmente presente, solidaria y unida en la gestión y el control de los flujos
migratorios. Nos lo debemos a nosotros mismos, a nuestros valores, a la
esperanza que había en los ojos de quienes hoy han encontrado la muerte”.
Críticas a la Unión
Europea
Por su parte, el
presidente de la región de Calabria, Roberto Occhiuto, ha criticado la política
migratoria comunitaria. “¿Qué ha hecho la UE en todos estos años? ¿Dónde está
la Europa que se supone que debe garantizar la seguridad y la legalidad? ¿Qué
ha sido de las operaciones de diálogo con los países de origen de los
migrantes? Todas preguntas que, por desgracia, a día de hoy no tienen
respuesta”, denunció.
El presidente de la
república, Sergio Mattarella, también ha reclamado la intervención de la UE.
“Es indispensable que la Unión Europea asuma por fin la responsabilidad
concreta de gobernar el fenómeno migratorio para arrebatárselo a los
traficantes de seres humanos, comprometiéndose directamente en las políticas
migratorias y apoyando la cooperación para el desarrollo de los países de los
que los jóvenes se ven obligados a salir por falta de perspectivas”.
La Unión Europea, a
pesar de los múltiples intentos, no ha conseguido encontrar una fórmula para
detener la inmigración irregular en su territorio. El pacto migratorio que la
Comisión Europea lanzó en 2020 se encuentra prácticamente estancado debido a
las profundas diferencias entre los socios comunitarios. Las disparidades se
han agudizado con la llegada a algunos gobiernos de la extrema derecha, como en
el caso de Italia, donde Giorgia Meloni, aplica mano dura en materia
migratoria, e incluso ha chocado directamente con países como Francia. En un
acuerdo de mínimos, los líderes europeos decidieron a inicios de este mes la
movilización de “fondos europeos sustanciales” para reforzar las fronteras de
los Estados miembros más afectados por los flujos migratorios, que han
aumentado significativamente en los últimos meses por las rutas de los Balcanes
occidentales y del Mediterráneo oriental.
El Papa, durante el rezo del Ángelus de este domingo, se ha referido a la tragedia. “Esta mañana me he enterado con dolor del naufragio ocurrido en la costa calabresa, cerca de Crotone”, ha manifestado el pontífice. “Rezo por cada uno de ellos, por los desaparecidos, por los demás migrantes que han sobrevivido”, ha continuado Francisco, que ha agradecido la labor de los servicios de emergencias.
Colaboración de Juan García de Paredes.