Me enseñarás el sendero de la vida (salmo 15)
Rafael Prieto
Enséñame, Señor, el camino de la vida.
dime donde está la fuente de la vida,
que sepa distinguir el árbol de la vida en el país de la vida.
Los hombres me enseñaron los caminos de la muerte;
me enseñaron los caminos de la victoria, que es muerte;
de la ganancia, que es ruina; del placer, que es vacío.
Los caminos de los hombres son engañosos.
Pero tus caminos son rectos y sinceros.
Tú me enseñas el camino de la derrota, que es triunfo,
de la entrega, que es felicidad;
del vaciamiento, que es plenitud;
el camino de la muerte que es vida.
Me confortas en el camino de la vida, con tu vida.
Me alimentas con el pan y la palabra de la vida.
Me alimentas con Espíritu de vida.
Tú eres la fuente y el árbol, y el país de la vida.
Me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
El Señor es gozo y alegría interminables.
Los gozos de la tierra son pequeños, sus alegrías son cortas.
Por un kilo de felicidad, ¿cuanto se paga en el mercado?
Por unos minutos de placer, ¿cuántas hipotecas hay que firmar?
Una hora de alegría, ¿cuántos trabajos cuesta?
Pero tú puedes regalar la dicha para siempre.
Bastará estar junto a ti, en tu presencia;
bastará sentarse a tu derecha;
bastará que me digas tu palabra, que me mires,
me sobrará con tu abrazo transformante,
porque tú eres la fuente de mi dicha.
Tú, mi pascua y mi fiesta interminables.
Tú, la plenitud de todos mis deseos.
Los otros salmos
Colaboración de Juan de la Cruz García de Paredes