Señor, te agradezco por el don del amor que has puesto en mi corazón y por las fuerzas que me das para batallar en esos días en el que me abruman las preocupaciones y comienzan a abundar los problemas.
Ayúdame a comprender en
este día que mi felicidad no depende de la realización de mis proyectos o metas
personales, sino del amor con el que las encaro y la alegría y satisfacción que
pueda darle a los mismos.
No permitas que la
crisis de fe por las que atraviese me hagan perderte de vista así como las
gracias que tienes planeadas para mi vida.
Que nadie me haga dudar
del poder ni de tu presencia en todo lo que hago.
Te confío a las personas
que amo, dales tu fuerza y bendícelos para que también en ellos pueda
realizarse el plan de tu amor en sus vidas. Amén.
Colaboración de Juan García de Paredes.