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23 de agosto de 2023

¿QUE PASARA AHORA? (GUATEMALA)

¡Lo más reciente de las elecciones!

En una reunión de académicos a principios del 2023 surgió una pregunta casi filosófica: ¿El pacto de control institucional y político llegará a tener una fisura algún día?

Este cuestionamiento fue puesto en la mesa de debate debido al clima de represión, persecución judicial y ataques sistemáticos a operadores de justicia, defensores de derechos humanos, activistas sociales y periodistas.

Las condiciones no eran alentadoras y un punto en común era que la única salida que el propio sistema ofrece para hacer un giro desafiante al mismo sistema eran las elecciones.

Ese mismo control institucional fue acomodando la campaña a su favor: sacaron del camino tres opciones que podrían alterar el plan de prolongar el gobierno actual. El TSE y las cortes dejaron fuera a Thelma Cabrera —de creciente aceptación antisistema—, Roberto Arzú —el hijo rebelde del sector político tradicional— y Carlos Pineda —el outsider simpático de las redes sociales—.

Pintaban unas elecciones a la medida del gobierno. El pacto con alcaldes, el músculo del trabajador estatal, el clientelismo y los pactos con sectores específicos; unido a la expulsión de otras candidaturas, pintaban unas elecciones sin muchas sorpresas.

Que Sandra Torres y su fuerza en los departamentos pasaran a la segunda vuelta no estaba en duda. Al contrario, confiaban en que fuera así para que el antivoto le facilitara el paso a la presidencia a su contrincante. Claro está, esperaban un contrincante afín al pacto.

Tenían varias opciones.

Que Zury Ríos llegara al balotaje supondría acuerdos de fácil acceso para mantener la cooptación institucional. Las cartas estaban tiradas sobre la mesa. Manuel Conde, el candidato de Vamos, también era una opción confiable para ellos. Tanta era esa confianza que el mismo hombre más cercano a Alejandro Giammattei aseguró que Vamos estaría en segunda vuelta.

Sin embargo, hubo un factor que no tomaron en cuenta: el hartazgo ciudadano. El cansancio hacia el pacto de impunidad hizo que se inclinara la balanza por una opción «no prevista».

La sorpresa comenzó el 25 de junio cuando en el centro de cómputo del TSE instalado en el hotel Grand Tikal Futura se recibían las actas que traían una información poco esperada: Semilla recogía el voto del guatemalteco cansado del «pacto de corruptos».

«No nos van a ver venir», se oyó en el hotel donde Semilla celebraba cada voto que los colocaba como el segundo partido más votado para la presidencia, que le daba la tercera fuerza en el Congreso y que ponía en jaque la integración de la municipalidad capitalina.

El «no nos vieron venir» hizo tambalear al sistema y activó a su herramienta de ataque institucional —el Ministerio Público— para arrancar una obsesiva investigación para cancelar al partido y que la segunda vuelta no se celebrara.

El TSE, contrario a su actuar en los meses anteriores en el que descalificó a opositores incómodos, ahora puso el pecho en defensa del voto ciudadano. Desde el 25 de junio hasta el 20 de agosto soportó la insistencia del MP de Consuelo Porras —en mancuerna con el juez Fredy Orellana— para derribar la candidatura de Arévalo.

Se puso en la cuerda floja el orden constitucional. La presión interna y externa desaceleró la maquinaria del MP para que al menos se celebrara la segunda vuelta, el pasado domingo 20 de agosto.

Tres casos abiertos en el MP serán los obstáculos para que en los próximos 145 días que faltan para la toma de posesión se insista en cancelar el partido, procesar y capturar a personas de la agrupación política.

Ese es el contexto. Sin embargo, no impidió que desde la noche del domingo 20 de agosto en Guatemala se respire un aire de cambio. Esa «fisura» en el pacto de corruptos dejó una ventana para iniciar un giro político importante.

Hay algunos puntos clave que deben considerarse desde ahora:

Las denuncias de amenazas contra la vida de los magistrados del TSE —Blanca Alfaro, Gabriel Aguilera e Irma Elizabeth Palencia— no deben pasar desapercibidoa. Incluso, la magistrada Alfaro adelantó que podría presentar su renuncia al Congreso para someterse a cualquier investigación, esto con tal de parar las amenazas en su contra.

Inicia el periodo de revisión de actas y resolución de impugnaciones, un proceso que, si no queda entrampado, debe terminar en menos de una semana, según el tiempo de ley en el Congreso. Mientras eso ocurre, aún no se pueden oficializar los resultados y acreditar los cargos.

La UNE y Sandra Torres no aceptaron los resultados. Antes del balotaje adelantaron que no dejarían que les «robaran las elecciones» y después de los resultados sólo adelantaron que revisarían los resultados.

Los alfiles del sistema actual que operan como netcenter han tirado mensajes sobre posibles acciones que el MP puede activar en los próximos días.

El fiscal Rafael Curruchiche adelantó que preparan medidas como antejuicios y solicitudes de capturas por los casos que tiene el MP, puntualmente el que bautizaron como «Corrupción Semilla».

Entretanto, el partido Semilla anunció que en los próximos días presentarán a su equipo de ministros para comenzar con la transición de mando. Aquí se reflejará el tipo de negociaciones que logre el partido con sectores clave del país.

Alejandro Giammattei publicó dos mensajes en los que aseguró que trabajará con el gobierno electo, siempre y cuando se oficialicen los resultados.

El TSE estará sometido a presiones judiciales y acciones que pueden retrasar la oficialización de los resultados.

Se vienen 145 días recios en los que será clave el respaldo ciudadano a las autoridades electas.

Aprovechamos la oportunidad de este boletín para agradecer a nuestra audiencia y comunidad que ha estado conectada con las publicaciones de Plaza Pública y de su equipo de periodistas que ha relatado estas elecciones de una manera profunda, clara y explicativa.

Radar Electoral | Plaza Pública