WILLY
Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera
MARTIN VALMASEDA
CAPÍTULO 2
EL PRIMER DIA DE ESCUELA
- “Pues, doña Cristina, ese bólido que ha pasado junto a usted es nuestro hijo Willy. Cuide de que no le derrumbe la escuela”. La maestra se rió:
- soy judoka y me defenderé como pueda.”
Pronto la calle quedó vacía y dentro se escuchaban los gritos de las fierecillas.
Cristina entró a última, sin hacer judo, sino cantando una canción infantil. Casi todos los pequeños la sabían y se formó el coro bastante desafinado pero alegre.
Cuando terminaron, la maestra, mujer algo mayor, pero de espíritu joven, les preguntó los nombres y los fue escribiendo en el pizarrón. No sabemos si aposta o sin querer, escribió Guilly, en vez de Willy. En seguida se escuchó una voz: “maestra, maestra, no se escribe así.”
Ella puso cara de sorpresa. “Ah ¿no? ¿entonces cómo?”
Quien había hablado no era el Willy de nuestro cuento sino otro niño con gafas gruesas .
Pues… no sé, pero yo también me llamo así y la primera letra es como dos pinchitos para abajo (y levantaba dos dedos dé cada mano como VV)
_ Sí, sí - dijo nuestro Willy- a mi nombre le pasa lo mismo, y dice mi mamá que sabe mucho que eso se llama doble V.
La seño Cristina se puso muy contenta” estupendo chicos ustedes me van a dar clase a mí. Seguro que saben más letras. Díganme las que se saben ya”
Un pecoso levantó la mano: “seño a, e,i,o,u sabe el borriquito más que tú”
Y seño Cristina: muy bien, ¿las sabes escribir?
El alumno puso morrito: noooo, eso no sé
Los demás corearon:”¡no sabe, no sabe!
La profe dio unas palmadas: ”bueno pero si cada uno sabe un poco, todos aprenderemos todas las letras y yo las iré escribiendo, y luego ustedes.
Así siguió aquella mañana primera de clase como un juego movido por la simpática seño Cristina.
Al final del día los estudiantes de letras salían en pequeños grupitos. Los dos Willys juntos orgullosos con su W , otros cantando; a,e,i,o,u sabe el borriquito más que tú.
-Uuuh… ¿todas? ¿también la doble W?. Preguntaban ellos.
- Esa la que más -contestaban los jóvenes “universitarios”.