Gilgamesh | El rey del
poema que se adelantó a la Biblia
Antes de la Ilíada, la Odisea y la Biblia, Gilgamesh ya era el primer héroe literario de la historia. En el Poema de Gilgamesh, de hecho, se puede encontrar la historia del Diluvio Universal protagonizada por un personaje calcado al posterior Noé. Pero ¿quién fue Gilgamesh? En este vídeo documental en español os contamos la historia del mitológico rey de Uruk –¿o no tan mitológico?–, para que conozcáis en profundidad lo que se sabe acerca de Gilgamesh y el contexto que rodea al Poema de Gilgamesh, también conocido como la Epopeya de Gilgamesh.
Hasta mediados del
siglo XIX, en Occidente se creía que la Biblia era la obra literaria más
antigua de la humanidad, y que estaba compuesta por historias originales... Sin
embargo, uno de los mayores hallazgos arqueológicos de la historia demostró que
eso no era así: algunos de los relatos del Antiguo Testamento estaban basados
en mitos sumerios miles de años más antiguos. Como el de Gilgamesh.
Mucho antes de que
surgiera la civilización griega, con su rica mitología, ya existían los
sumerios. Habitaron en la parte sur de Mesopotamia, entre los ríos Tigris y
Éufrates, hace más de 5.000 años, y sus relatos fantásticos no tienen nada que
envidiar a los de las civilizaciones posteriores. De hecho, seguro que muchas
de las cosas que oiréis en este vídeo os recordarán a la mitología griega o a
la Biblia.
A lo largo de los milenios, en Mesopotamia se fueron sucediendo los pueblos dominantes: sumerios, acadios, babilonios, asirios... Detengámonos en los asirios. Uno de sus monarcas más importantes fue Asurbanipal, que reinó en el siglo VII antes de Cristo, reputado por ser uno de los pocos reyes de la Antigüedad que sabían leer y escribir. Y no solo eso: amaba la cultura. Amplió la biblioteca de la ciudad de Nínive, que había fundado medio siglo antes el rey Sargón II. Según se cree, en ella llegó a estar recogida una copia de toda la literatura en escritura cuneiforme que existía en aquella época: textos sobre gramática, ciencias, arte, historia, religión..., libros de magia, listas de ciudades, diccionarios y, por supuesto, también obras literarias. Un enorme tesoro cultural... que, cómo no, fue arrasado por el ser humano. Concretamente, fue incendiada por una coalición de babilonios, escitas y medos comandados por el rey babilonio Nabopolasar, en el 612 a. C.
Ahora demos un salto en
el tiempo. Hasta el año 1849 de nuestra era. Por aquel entonces, el arqueólogo
británico Austen Henry Layard se encontraba investigando las ruinas de la
antigua ciudad de Nínive cuando, bajo un túmulo, descubrió las ruinas del
palacio de Senaquerib.
Layard regresó a
Inglaterra para iniciar una carrera política, y dejó sobre el terreno a un
protegido suyo, el arqueólogo Hormuzd Rassam, nacido en Irak. Fue Rassam,
quien, al continuar con el trabajo de campo, descubrió en 1853 la enorme
biblioteca de Asurbanipal. Allí había más de 22.000 fragmentos de tablillas de
arcilla, escritas con letra fina por ambas caras. Cuando la biblioteca fue
incendiada por Nabopolasar, paradójicamente, el calor de las llamas hizo que
las tablillas de arcilla se cocieran y endurecieran, lo que ayudó a
preservarlas para la posteridad. Entre todas aquellas tablillas se encontraban
las doce que conformaban el Poema de Gilgamesh, también conocido como la
Epopeya de Gilgamesh, aunque les faltaban algunos fragmentos. Rassam las envió
al Museo Británico, junto a otra gran cantidad de piezas, y allí permanecieron
almacenadas sin que les prestaran atención durante dos décadas.
Raquel de la Morena y Pedro Estrada, periodistas y
escritores.