Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

25 de octubre de 2023

EVANGELIO DOMINGO 29-Octubre-2023 (Mateo 22, 34-40)- Reflexiones Pagola


En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? Él le dijo: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas. (Mateo 22, 34-40)

PASION POR DIOS Y COMPASION POR EL SER HUMANO

Cuando olvidan lo esencial, fácilmente se adentraran en las religiones por caminos de mediocridad piadosa o de casuística moral, que no solo incapacitan para una relación sana con Dios, sino que pueden dañar gravemente a las personas. Ninguna religión escapa a este riesgo.

La escena que se narra en los evangelios tiene como trasfondo una atmosfera religiosa en que sacerdotes y maestros de la ley clasifican cientos de mandatos de la Ley divina en <<fáciles>>y <<difíciles>>, <<graves>> y <<leves>>, <<pequeños>> y <<grandes>>. Casi imposible moverse con un corazón sano en esta red.

La pregunta que le plantean a Jesús busca recuperar lo esencial, descubrir el <<espíritu perdido>>: ¿Cuál es el mandato principal?, ¿Qué es lo esencial?, ¿Dónde está el núcleo de todo? La respuesta de Jesús, como la de Hillel y otros maestros judíos, recoge la fe básica de Israel: <<Amaras al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser>>.

<<Amaras a tu prójimo como a ti mismo>>.

Que nadie piense que, al hablar del amor a Dios, se está hablando de emociones o sentimientos hacia un ser imaginario, ni de invitaciones a rezos y devociones. <<Amara Dios con todo el corazón>> es reconocer humildemente el Misterio último de la vida; comprender confiadamente la existencia de acuerdo con su voluntad: amar a Dios como Padre, que es bueno y nos quiere bien.

Todo esto marca decisivamente la vida, pues significa alabar la existencia desde su raíz; tomar parte en la vida con gratitud; optar siempre por lo bueno y lo bello; vivir con corazón de carne y no de piedra; resistirnos a todo lo que traiciona la voluntad de Dios negando la vida y la dignidad de sus hijos e hijas.

Por eso el amor a Dios es inseparable del amor a los hermanos. Así lo recuerda Jesús: <<Amaras a tu prójimo como a ti mismo>>. No es posible el amor real a Dios negando la vida y la dignidad de sus hijos e hijas.

Por eso el amor a Dios es inseparable del amor a los hermanos. Así lo recuerda Jesús: <<Amaras a tu prójimo como a ti mismo>>. No es posible el amor real a Dios sin escuchar el sufrimiento de sus  hijos e hijas. ¿Qué religión seria aquella en la que el hambre de los desnutridos o el exceso de los satisfechos no planteara pregunta ni inquietud alguna a los creyentes? No están descaminados quienes resumen la religión de Jesús como <<pasión por Dios y compasión por la humanidad>>.

Ilustración de Agustín de la Torre

Jose Antonio Pagola

Colaboración de Juan García de Paredes.