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25 de octubre de 2023

PALABRAS A VOLEO: EN QUÉ QUEDAMOS?

 MARTÍN VALMASEDA   

Esta expresión  se usa  entre  amigos  o  personas  que  dialogan  para  ponerse  de  acuerdo  en  afirmaciones  controvertidas,  En  aspectos  de fe  y  evangelio,  hoy que  hay  matices  discutibles  necesitamos  a  veces  en  plantear  algunas  afirmaciones  que  no  están  muy  claras.

Veamos:  en  torno  a nuestra vida  cristiana  que  tiene  como  centro a  Jesús  de  Nazaret,  tenemos  unas presentaciones  que  aparecen  como  contradictorias. 

Ese  Jesús que se arrodilló  a  lavar  los  pies  de  sus  discípulos (labor  de  esclavos)  en  la  última  cena  pero se olvidarse el evangelista Juan de comentar lo que dicen  los demás con San Pablo: lo de partir el pan solemnemente y repartir el  vino...Entonces nos  dan  ganas  de preguntar  "¿en qué quedamos"  cuál  fue  el  momento  más  importante en esa solemne  cena?

Porque  el  servir no  fue  una  manifestación  aislada  a  lo  largo  de  su  vida.

Cuando  los  apóstoles, con su mamá por portavoz; le pidieron puestos de importancia en  el  reino  que  ellos esperaban. Él les soltó la pregunta:  ¿Están  dispuestos a  tragar  el  trago que  yo  voy  a  tragar?.  Y  en  otra ocasión  les  dijo a  todos   el "Yo  he  venido  a  servir no  a  ser  servido" ´algo   distinto  a  lo  que  practican  los  jefes y  reyes  de  las  naciones.

Esto  se  junta  con  el modo humilde  de  vivir  y  vestir  del galileo.

Ha  ido  pasando  el  tiempo  y  hoy  quienes  nos  consideramos  sus  seguidores  admiramos  las casas (templos)  que  le  hemos  construido.  Las  túnicas y  coronas  con  que  hemos  adornado  a  Cristo "Rey"  y  el  modo  de  vivir  sus  seguidores;   no  podemos  menos  de  preguntarnos "en  qué quedamos".

Si  repasamos  los  siglos de  historia  de  la  iglesia  vemos  junto  a  gente  como Francisco de Asís, Guillermo Rovirosa, Dorothy Day y otros llamados, o no  llamados  santos  muchos  otros  llamados  cristianos,  o clérigos o  jerarquías  que  se  interesan  más  por partir   y  repartir  el pan  que  por  lavar  los  pies.  Y  espontáneamente  exclamamos  "en  qué  quedamos?. 

Él  dijo: "a nadie llamen señor o maestro... " y entonces les llamamos monseñores, excelencia reverendísima...( ¿en  qué  quedamos? )

A él le seguimos llamando el Señor  para nosotros  seguir  inventándonos  nombres,  sombreros,  mitras.  bonetes,  capas  pluviales, estolas, y seguimos sin  meditar  esa  frase inquietante:  ¿En  qué quedamos  pues?

¿Somos  seguidores  de  Jesús  de  Nazaret