WILLY
Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera
Martín Valmaseda
Dibujos: Karla y Andrea Aguilar
CAPÍTULO 14
LOS CAMBIOS A LOS QUINCE
No es que pasemos al
capítulo 15, no estamos en el 14, al día siguiente en que terminó la clase en
el instituto, después de cantar esa canción "cambia todo cambia" y
que después Don Felipe intentó preguntar la lección sobre la ley de Lavoisier. Se dio cuenta el pobre, que solo tres alumnas
y dos muchachos habían estudiado algo. Decía el profesor: "Pero bueno les
estuve hablando, hace 4 días que Lavoisier, la vuasier se pronuncia,
¿recuerdan? Ese químico francés que decía que... esperaba respuesta, pero solo
unos pocos alumnos dijeron: “la materia ni se crea ni se destruye, solo se
transforma, cambia...
Bueno- terminó el
maestro- pues el próximo día seguiremos, que hoy tienen esa ley muy verde y ya
veremos lo que saben el próximo día.
El próximo día es hoy,
el capítulo 14.
Pues es que al día siguiente, les estaba esperando el profesor para ver si habían estudiado y ¡claro! Se dieron cuenta los patojos y patojas, que aquello era importante. Se les había pasado el enfado contra Willy. Se habían convencido de que la biblia también contaba cuentos, leyendas (mitos les dijo don Felipe), para que se entendiera mejor... y entonces les siguió hablando de que ellos los y las jóvenes también estaban cambiando.
"Cambia nuestro
pensamiento y nuestro corazón" - dijo Willy.
¿Sí?- le preguntó el profe - y ¿cómo cambia?
Pero quién contestó fue
Pili, la que en la escuela organizó a las niñas para ganarles en el fútbol a
los niños, que ahora ya eran jovencitos. Y Pili dijo: "Pues porque yo de
pequeña me peleaba con los compañeritos y les quería ganar al fútbol y ahora,
ahora ... (y se puso un poco colorada)
pues... unos... unos compañeros me parecen brutos y otros me caen mejor y ya
voy a celebrar mis quince años"... Se oyeron muchas voces." yo",
" y yo", " y yo" ... Las jovencitas, que tenían unas 14,
otras 15, algunas 16 estaban en esa edad de cumplir años en que se celebra una
fiesta en algunos países, en otros no.
Don Felipe aprovechó la
ocasión para darles alguna idea: "Claro, ya verán que van a seguir
cambiando y no solo porque chicas y chicos, se gustan sino en otras cosas que
les van a hacer mucha falta en la vida, ¿saben qué?. Se hizo silencio en la
clase.
"¡Anda!- dijo uno de los alumnos pues nos pegamos golpe con una pared, con un árbol con otro carro. Se rompe el carro"... Dijo otro alumno:" o nos rompemos nosotros. Eso le pasó a mi primo cuando tenía ocho años. Mi tío dejó su carro con las llaves puestas, mi primo se metió dentro dio la llave y ¡zas! se estrelló, con la puerta se pinchó la rueda y él se rompió una pierna".
"Claro- comentó
Don Felipe, -todo cambia... pero no debe cambiar de prisa. También las mujeres
y los hombres deben cambiar poco a poco para no romperse la pierna, o el
corazón, ¿saben lo que debemos hacer, según lo que sabemos y la edad que
tenemos. También tenemos que manejar no solo los carros, sino nosotros y
nosotras, nuestro cuerpo, nuestra cabeza, nuestro corazón...
No terminó allí la conversación. tanto Don Felipe, como las alumnas y los alumnos fueron diciendo lo que tendrían que aprender para manejar, no un carro sino toda su vida, su cuerpo, su espíritu... y contaban ejemplos de gente que se había estrellado y había roto cosas importantes de su vida, por manejarse a lo loco.
Y cuando esa tarde volvieron a casa, buen chaparrón de preguntas cayeron sobre la mamá y el papá.
Aquí les dejamos que piensen sobre los cambios en la vida, porque cambia, también... pero cuidado no se rompa o nos rompamos.
Pero tampoco hay que tener miedo en la vida. Vamos creciendo y ¡adelante!
Hasta el próximo capítulo.
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