MARTÍN VALMASEDA
Esta palabra NACIMIENTO es la que más
se repite estos días
pero no tanto
como se debería.
Más que nacimiento se repite en
vez de ella la
palabra árbol (de navidad) o la
palabra regalo...Tanto que me imagino un
nacimiento donde en el portal estén muy juntitos San
José, la Virgen y el Árbol; o también María y José rodeados de cajas de distintos tamaños
envueltas en papel
de regalo y con
lacitos de adorno.
Los niños cantan canciones como esta:
En el portal de
Belén
Hay estrellas
sol y luna
la virgen
y San José
y el
árbol de navidad
´´´
Y ¿no han visto ustedes unas tarjetas navideñas en las que María y José acarician cariñosamente al verde pinito navideño?
Pero yo quería hablar hoy del nacimiento, del mío y del de cada uno de ustedes. Porque sin árboles, todos nosotros, en un momento de nuestra vida, hemos tenido el gusto y el dolor de nacer. El dolor porque parece ser, aunque no nos acordemos que a todos el médico o la enfermera nos tuvieron que dar unos azotes para que nos animaremos a respirar para seguir viviendo.
También todos
conoceremos algún amigo que volvió a nacer cuando en la carretera pasó
entre dos camiones sin que
milagrosamente ninguno lo
tocase. ¡Ufffff! exclamó el renacido
y paró temblando a tomarse
una manzanilla en la cafetería cercana.
Nacer y
renacer son momentos por los
que todos hemos pasado más o
menos.