José Arregi
Epílogo a un libro de
luces y retos
Agradezco a Agustín Gil
este libro tan clarividente y necesario para hoy. Corren tiempos difíciles y
decisivos para la humanidad y la entera comunidad de los vivientes. El
negacionismo y el dogmatismo –dos trastornos solo aparentemente opuestos– son
el síntoma de un malestar civilizacional planetario.
Nunca nuestra especie
Sapiens ha sabido tanto, pero nunca se ha sentido tan insegura. Nunca tuvimos
tanto conocimiento sobre tantas cosas, pero nunca nos sentimos tan amenazados a
nivel personal, social, internacional. Nunca dispusimos de tanta información
instantánea y global, pero nunca la desinformación fue tan grave y universal.
Nunca las ciencias estuvieron tan desarrolladas, pero nunca crearon armas tan
mortíferas, ni fueron tan utilizadas por los grandes poderes asesinos. Nunca
poseímos tantos medios para vivir todos holgadamente, pero nunca vivimos tan
acelerados y asfixiados, tan carentes de tiempo para respirar, espirar,
inspirarnos. Nunca el nombre Sapiens fue más discutible. Nunca, desde el
corazón de la Tierra y de los pobres, escuchamos tan aguda y grave la Voz de la
Vida: “Ante ti están la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la
vida y viviréis tú y tus descendientes” (libro bíblico Deuteronomio 30,19).
Más que nunca
necesitamos no solo conocimiento científico, sino sabiduría vital, inteligencia
integral, racionalidad múltiple, consciencia profunda, para saber vivir, para
ser felices siendo buenos y a la inversa, para ser libres y hermanos, para
poder querer y elegir nuestro ser verdadero, nuestro verdadero bien inseparable
del Bien Común de la humanidad y de todos los vivientes. No existe otra
verdadera libertad.
Los caminos del
conocimiento, de la sabiduría, de la libertad de ser nuestro ser verdadero, son
numerosos. El conocimiento y la sabiduría son multidimensionales, siempre lo
han sido. Sabían los chamanes del Paleolítico. Saben los mitos antiguos, saben
los poetas, los artistas, los enamorados. Saben los activistas no violentos de
justicia y de la paz. Saben también los místicos espirituales, sean o no
seguidores de alguna religión. Saben, y mucho, los textos sapienciales de las grandes
tradiciones, religiosas o no. Saben, por supuesto, los científicos. Y todos
ellos saben que no saben: “docta ignorancia”.
Todo esto lo sabe mejor
que nadie Agustín Gil, catedrático de Física, especializado en Física teórica y
Mecánica cuántica, miembro activo y reflexivo de las comunidades cristianas
populares de base en el País Vasco, ecofeminista comprometido contra todos los
imperios, codirector de la revista (ya cerrada) Herria 2000 Eliza, caminante y
buscador espiritual, crítico de las instituciones religiosas y eclesiásticas,
seguidor a la postre de la Buena Noticia y de la vida liberadora de Jesús de
Nazaret, de la libertad y de la compasión que enseñó y practicó.
Esta obra es la
síntesis y el fruto maduro de sus conocimientos científicos, de su reflexión
filosófica, de su sensibilidad humana, de su teología crítica, de su compromiso
ético: Ciencia y filosofía para el siglo XXI. Diálogo interdisciplinar para un
nuevo humanismo (Ed. Círculo Rojo, 2023). El título contiene, como
intencionadamente escogidos, todos los términos que definen un programa de
conocimiento concertado e integral: ciencia, filosofía, siglo XXI, diálogo,
interdisciplinar, nuevo humanismo. El co-nocimiento es por definición, al igual
que el lenguaje, un hecho social, trans-individual, plural, dialogal. Así, solo
así, se convierte en camino de co-nacimiento.
El conocimiento es
también por definición interdisciplinar, fruto de miradas, métodos,
perspectivas diversas, todas ellas relacionadas. Las perspectivas y los métodos
son necesariamente distintos, pero no contradictorios, en la medida en que cada
aproximación a la realidad –científica, ética, poética, simbólica, filosófica,
teológica, simbólica en general…– se atiene con rigor a su enfoque y método de
análisis propio. Y ninguna disciplina puede pretender llegar al único
conocimiento verdadero, ni siquiera más verdadero que otro.