En los evangelios se dice una y otra vez que Jesús se retiraba a orar: “y pasó la noche en oración”; “se retiró a descampado y allí se puso a orar”; “y por la mañana estaba allí solo”. No dicen qué hacía en esos momentos de retiro y silencio, y cuando los discípulos le preguntaron por lo que hacía allí, contestó recitando el ‘Padre Nuestro,’ que no es su modelo de oración sino solo un sustituto. Lo que hacía es lo que hoy llamamos contemplación. Era una vivencia de identificación con el Padre Dios. Esa experiencia le llevó a decir: “yo y el Padre somos uno”.