Arzobispo de Homs, crudo: "La retirada de la ayuda humanitaria del PAM y el bloqueo condenan a muerte al pueblo sirio"
La ciudad de Homs en
Siria, dañada por la guerra
El arzobispo de Homs
hace un dramático llamamiento tras la interrupción del plan de ayuda del
Programa Mundial de Alimentos a partir del 1 de enero:
"Las familias
sirias comen una vez al día, han olvidado lo que es la calefacción, el agua
caliente, lo que es una sociedad. Y viven en la oscuridad, sin luz"
"Además, hacer
llegar dinero a Siria es imposible debido a las sanciones impuestas por Estados
Unidos y la ONU, así que ¿cómo lo hacemos?"
Para Monseñor Mourad,
la única solución no es sólo la Iglesia católica, sino también la Unión
Europea, su esperanza es que la UE adopte una posición clara, dictada por
"una sensibilidad humana y sincera"
Jean-Charles Putzolu y
Francesca Sabatinelli
(Vatican News).- Hace
seis meses se redujo a la mitad, desde el 1 de enero se ha cancelado por
completo. El plan de ayuda del Programa Mundial de Alimentos -la agencia de la
ONU encargada de la asistencia alimentaria en el mundo- a Siria ha sido
interrumpido.
Más de cinco millones
de personas dependían de la entrega de alimentos y artículos de primera
necesidad, en un país que se acerca a su 13º año de guerra (marzo de 2024) y
que se vio aún más debilitado en febrero de 2023 por un dramático terremoto en
las zonas fronterizas con Turquía.
En el origen de la decisión, explica el PAM, está la falta de fondos, puesta en peligro por la epidemia de Covid, la guerra de Ucrania y ahora también la de Gaza, que han acabado con el presupuesto disponible. Y ahora el número estimado de personas que sufren inseguridad alimentaria grave supera los 12 millones.
Una decisión terrible e
injusta
"El pueblo sirio
está condenado a morir sin poder decir nada", es la dramática constatación
de monseñor Jacques Mourad, arzobispo de Homs, desde hace un año, tercera
ciudad de Siria por extensión. "Es una decisión terrible e injusta",
prosigue el arzobispo, que se pregunta por qué se ha llegado a esta situación.
"Para nosotros es como si el mundo dijera al pueblo sirio 'están
condenados a morir, sin levantar la voz, sin decir nada'. ¿Y por qué? ¿Qué
culpa tiene el pueblo sirio?"
"El pueblo sirio
está condenado a morir sin poder decir nada"
La Iglesia no puede
cubrir todas las necesidades
Sus palabras son
sentidas, pensando en el sufrimiento que el pueblo ha soportado durante todos
estos años y que seguirá soportando, generado por una guerra que no parece
terminar y que sigue cercenando cualquier esperanza. "Esta decisión
-continuó el prelado- ha sido tomada para arrojar al pueblo sirio a la más
completa desesperación, para apagar toda luz que pudiera permanecer encendida
gracias a nuestra fe y gracias a la esperanza. Pero en esta situación estamos
verdaderamente acabados".
Hoy, ante la
interrupción de la ayuda humanitaria, que por ahora servía a casi 2/3 de la
población, uno se pregunta si aún hay esperanza que pueda evitar que la gente
muera de hambre.
En efecto, las
organizaciones no gubernamentales y la Iglesia católica han obrado milagros en
Siria en los últimos años, apoyando a la población en todos los sentidos. Hoy,
ante la interrupción de la ayuda humanitaria, que por ahora servía a casi 2/3
de la población, uno se pregunta si aún hay esperanza que pueda evitar que la
gente muera de hambre.
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