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14 de febrero de 2024

CREER , ¿PARA QUÉ?. ¿ PARA QUÉ SIRVE REZAR ?

¿PARA QUÉ SIRVE REZAR?

Has llenado tu vida de cosas, actividades y preocupaciones. Y así, poco a poco, casi sin darte cuenta, te has ido vaciando por dentro: Dios ha ido desapareciendo de tu vida. Te mueves constantemente, tratas con muchas personas. Con todas menos con Dios. Corres el riesgo de irte haciendo <<ateo>>: un hombre o una mujer que vive sin Dios.

Seguramente no te preocupa mucho. Vives bastante bien sin Dios. No sientes necesidad de él. Si yo te empiezo a hablar ahora de oración, me dirás: ¿para qué sirve rezar?. Tienes otras cosas más importantes que hacer. Cosas más útiles y urgentes.

Vives ya totalmente modelado por esta sociedad que solo piensa en lo útil y rentable. Para ti, lo importante es trabajar, ganar y disfrutar de la vida.

<<Rezar>> te parece sencillamente <<perder el tiempo>>. La oración, la meditación, Dios… todo eso pertenece al mundo de lo <<inútil>>.

Pero hay muchas cosas que te pueden parecer inútiles y no lo son.

Te parece algo inútil, pero quiero decirte para qué necesitas orar y hablar con Dios.

Necesitas orar para encontrar más silencio, serenidad y descanso en tu vida; para que puedas vivir las cosas desde dentro, sin empobrecerte, dispersarte y gastarte tanto en tu quehacer diario.

Necesitas orar para hacerte más humano; para limpiar tus criterios, tus esquemas y tu mente de todo aquello que te puede deshumanizar.

Necesitas orar para abrir mejor los oídos de tu corazón y escuchar honestamente a Dios; para estar más atento a quienes pueden necesitar tu cercanía, tu ayuda o amistad.

Necesitas orar para no desalentarte ante los problemas y conflictos de la vida;

Necesitas orar para no vivir tan solo por dentro; para caminar por la vida acompañado por un Padre; para iniciar el día cada mañana de manera más confiada, agradecida y creadora.

Necesitas orar para enfrentarte a tu culpabilidad, para liberarte de tus errores, para sentirte comprendido y perdonado, para levantarte de nuevo a una vida más digna y responsable.

Vivir sin orar no es pecado. Es una pena, porque es verse condenado a vivir sin la mejor compañía que puede tener una persona. Es vivir sin conocer la paz, la seguridad y la confianza que solo puede brotar de Dios.

Creer, ¿para qué? Conversaciones con alejados. 

De José Antonio Pagola

Colaboración de Juan García de Paredes.