-- Alfred Kaltschmitt
Lo hemos dicho tantas
veces que la memoria duele: “En las entrañas de nuestro país se libra una
batalla que pone en juego el destino de las nuevas generaciones: la
desnutrición crónica infantil, un adversario implacable”. Afectando a casi la
mitad de nuestros niños menores de 5 años, este flagelo es más que un problema
de salud; es un freno al desarrollo potencial de nuestra nación.
Frente a este
formidable reto, desde el 2022 el programa “Guatemaltecos por la Nutrición” de
Castillo Hermanos es un proyecto innovador y factible, demostrando que la
acción coordinada y el compromiso empresarial pueden marcar la diferencia en la
vida miles de niños.
Hoy martes, 13 de
febrero, tendré la oportunidad de atender la invitación a la inauguración de
una Nutrimóvil en El Obelisco, un evento que simboliza el compromiso tangible
de “Guatemaltecos por la Nutrición” con las comunidades más vulnerables. Como
miembro de una ONG dedicada a proyectos de desarrollo comunitario en el
altiplano desde hace varias décadas, puedo asegurar que este programa no es una
solución superficial; es un esfuerzo integral que atiende las causas raíz de la
desnutrición mediante la educación nutricional, el apoyo a la producción
agrícola local y la promoción de hábitos alimenticios saludables.
Y es que la importancia
de educar a las familias sobre nutrición es central, equipándolas con el
conocimiento necesario para nutrir adecuadamente a sus hijos. Por otro lado, al
incentivar la agricultura local, el programa no solo busca combatir el hambre,
sino también fortalecer la economía comunitaria, creando un círculo virtuoso.
La batalla contra la
desnutrición crónica es larga y compleja, pero con programas innovadores y
comprometidos se puede ganar.
Una de las innovaciones más destacadas del programa es su “Campamento de Nutrimóviles”, una estrategia que acerca los servicios de salud y educación nutricional directamente a las comunidades más remotas y necesitadas. La inauguración de hoy, segunda después del campamento ya instalado en Huehuetenango, es un reflejo de este compromiso, llevando soluciones prácticas a los problemas de acceso que muchas veces impiden el cuidado nutricional y médico adecuado. Los “Nutrimóviles” no son solo clínicas móviles; son centros de atención que ofrecen evaluaciones nutricionales, tratamientos y talleres educativos, asegurando que la ayuda llegue de manera efectiva a quienes más lo necesitan.
El desafío de la
desnutrición crónica en Guatemala es un reflejo de las políticas que generan
problemas estructurales profundos. Por ende, requieren soluciones complejas y
sostenibles. El Estado es incapaz. Se han invertido muchos recursos gubernamentales
con resultados magros. Por eso es crucial —para abordar este problema de manera
efectiva— la colaboración entre el sector privado, como Castillo Hermanos, el
Gobierno, organizaciones no gubernamentales y la comunidad internacional.
“Guatemaltecos por la
Nutrición” es un ejemplo de cómo la sinergia entre estos actores puede
traducirse en acciones concretas que no solo alivian el hambre, sino que buscan
erradicar la desnutrición de raíz, asegura José Silva, gerente del programa.
Como sociedad, enfrentamos un desafío monumental pero no insuperable en la
lucha contra la desnutrición.
En palabras de Juan
Monge Calderón, presidente de Cervecería Centroamericana, cuando se inauguró el
programa en el 2022: “Este es un llamado a la acción para que todos, dentro y
fuera de Guatemala, contribuyamos a este esfuerzo vital, reconociendo que el
bienestar de los niños es la base sobre la cual se construye el progreso de
toda nación”.
El compromiso es hoy.
La responsabilidad es de todos.