“LO
IMPORTANTE DE JESUS, MAS QUE EL NACIMIENTO Y LA MUERTE, ES LO QUE HIZO Y LO QUE
DIJO”
-- Lamentablemente, la
confesión de fe deja de ser fiel aquí a todo el mensaje de la vida de Jesús.
Pues al reducirse a su nacimiento y su muerte, borra la importancia de su vida
y de sus palabras. Esto sería un grave error. Los famosos púlpitos de mármol de
Nicola y Giovanni Pisano en las catedrales de Pisa, Pistoia y Siena muestran lo
difundido que estaba este error en la edad media: en seis de los nueve paneles
de esos púlpitos no hay trazas de la vida 5 110 · pública de Jesús. Todo el
espacio está ocupado por las escenas legendarias del nacimiento de Jesús y
junto a ellas, su crucifixión. Pero si Jesús es importante para nosotros, lo es
sobre todo por lo que dijo e hizo en su corta vida pública, desde su bautismo
en el Jordán hasta su temprana muerte en cruz que sólo es la consecuencia de su
actividad pública.
Lo que se oculta tras este menguante de lo público es la
doctrina de la redención imaginada por Pablo en la que el acontecimiento
decisivo es la muerte sangrienta de Jesús. El problema de Pablo estaba en que,
por un lado, reconocía a Jesús como mesías, pero por otro, el mesías no podía
morir miserablemente, sino debía salir victorioso. Para escapar de este dilema
había que interpretar la muerte de Jesús como un sacrificio expiatorio, una
categoría ritual del culto con la que, como escriba judío, estaba bien
familiarizado. En el libro del Levítico hay tres capítulos, del 5 al 7,
dedicados a las prescripciones tocantes a la correcta celebración de
sacrificios expiatorios. Por eso la vida de Jesús, sus palabras y hechos, casi
no juegan ningún papel para Pablo. Ni siquiera cuando en Filipenses 2,5
presenta la disposición humilde de Jesús como ejemplo para los fieles, Pablo no
ilustra esa disposición humilde con ningún hecho o palabra de Jesús tomados de su
vida pública, sino sólo con su anonadamiento como ser celestial preexistente
que se hace hombre y se muestra dispuesto a aceptar la muerte en cruz que
supuestamente Dios le exige para pagar la deuda de la humanidad.
¿Jesús una persona como nosotros?
Lenaers s.j