MARTÍN VALMASEDA
Cuando yo era pequeño esa palabra sonaba a guerra. Eran voluntarios los que iban a pelear-matar o ser matados - en alguna de las muchas guerras que había entonces en Europa.
Hoy afortunadamente se
usa más en
VOLUNTARIOS PARA LA
PAZ-
Hay médicos voluntarios, bomberos voluntarios, hasta payasos voluntarios que van por los hospitales infantiles para hacer reír a los niños allí internados. Naturalmente todos necesitamos comer y vestirnos y por eso en nuestra profesión debemos cobrar algún salario. Pero ese salario es relativo. Hay personas que se conforman con algo moderado por hacer obras de beneficencia a quienes no pueden pagarles bastante y hay quienes se aprovechan de su especialidad en algo necesario para cobrar "un ojo e la cara" a cualquiera pueda o no. A los que en su cara tienen tres ojos muy bien pero hay quienes tienen solo tienen dos, y ven mal con uno de ellos, les fastidia tener que pagar lo que necesitan para comer todos los días.
Hoy que el mundo se ha
hecho pequeño, aparecen las
ONGs: Organizaciones no gubernamentales que
recorren el mundo con sus participantes, médicos, bomberos o payasos que recorren
el mundo para
hacer el bien
en países que lo
pasan mal, o en
su propio país,
en barrios marginales
donde por ejemplo
maestros jubilados enseñan a leer
a niños
sin escuelas o a
viejitas de 70, años
que no tuvieron
enseñanza en su
juventud.
También existen
los voluntarios-involuntarios. Quienes trabajan en
empresas que involuntariamente están
en crisis y
les dicen: "Lo sentimos,
este mes no podemos pagarles" pero los
trabajadores siguen como dije, involuntariamente de
voluntarios qué se le va
a hacer" hasta
que se acabe la crisis...
o les manden
involuntariamente a la calle si no
termina.
Para finalizar
una reflexión solemne:
Todo tendríamos que ser voluntarios en algo: Cada ser humano sabe o tiene algo en que ayudar al vecino. Mal tipo es ese que quiere cobrar todo lo que hace por los demás, hasta cuando le piden ayuda para subir unos paquetes o para hacer algún trabajillo en el ordenador. Mal tipo es; como el que reza en el padre nuestro: Hágase tu voluntad si me lo pagas bien, así la tierra como en el cielo.
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