Capítulo 3
COMIENZA
EL VIAJE
Tuvieron una semana
para preparar las cosas, aunque poco había que preparar. Cuando D. Felipe le
pagó el dinero del viaje a Julián, el dueño de la patera le insistió: "No
pueden ustedes llevar muchas cosas para el viaje. La barca va con mucha gente y
no caben muchos bultos más... solo lleven un poco de comida y bebida y algo de
ropa."
Pascualín quería llevar
una pelota. Su papá tajantemente le dijo que no podía ser. Le dieron una bolsa
con galletas una botella de agua y dos camisas. Así el resto de la familia
llevaban algunos objetos de primera necesidad.
A las 5 de la mañana en
la playa les esperaba la patera y mucha gente cargada con sus bolsas se iba
acercando. Julián; como marinero y capitán de aquel viaje, iba colocando a la
gente. Según iban subiendo a la barca todos miraban alrededor, y se daban
cuenta de que para el tamaño de aquella patera parecían demasiados navegantes.
Cuando alguno se quejaba Julián le decía secamente: "Dese cuenta de que
ustedes han pagado poco por eso. Si hubieran sido menos hubieran tenido que
pagar más; así es la vida"
Mientras el barco se cargaba y cada persona o familia iba buscando su posición, entre ellos se iban haciendo preguntas. Algunos de los viajeros ya habían hecho ese viaje alguna vez e informaban a los novatos. Parece que sería un par de semanas la duración del viaje. Dependía de cómo estaría el mar y el viento esos días...
Cuando todos estuvieron
colocados ya a las 8 de la mañana, Julián gritó:
¿Están todos listos? pues ¡nos vamos, y los que sepan rezar que recen a su Dios! En la barca había católicos, cristianos de otras iglesias, musulmanes... pero en ese momento todos quedaron callados y muchos labios se movían suavemente...
La patera se separó de
la costa pero a principio se veía la orilla. Después de los primeros momentos
de silencio ya empezaron a platicar los viajeros con sus vecinos. Algunos eran
del mismo pueblo y se conocían. Otros eran de otras ciudades y algunos de los
países cercanos: Chad, Mali.
No vamos a contar todas
las peripecias del viaje, día tras día. Por lo general le gente se llevaba bien
y había gente como Don Felipe y Luisa, los papas de Pascualín, bondadosos con los
vecinos del viaje. Había varios niños y niñas que enseguida hicieron amistad y
organizaban juegos en los que no tuvieran que moverse mucho (no había lugar en
la patera). También había algunos mayores con peor carácter que discutían y se
enfrentaban con los demás, pero la mayor parte procuraba mantener la paz.
Julián desde su puente de mando a veces orientaba a los viajeros; " ¡Ahora vamos frente a Senegal! ... ¡Allí está el Sahara!..." La verdad es que muchos de los navegantes no tenían idea de lo que era África; algunos no habían ido a la escuela y no sabían nada de geografía.
En aquel mar, frente a
aquellos horizontes se veían perdidos-
Lo malo fue que después
de los primeros días de buen tiempo; empezó a soplar el viento, a llover un
poco. Todos aconsejados por Julián llevaban plásticos y hasta algunos paraguas
y se cubrieron bien. Empezaron a suceder cosas cuando ya se acercaban a España,
que,,, que ya les contaremos en detalle en el próximo capítulo.