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20 de junio de 2024

CUENTO: EL NIÑO QUE QUERÍA SER MAYOR

 Capítulo  3

COMIENZA EL VIAJE

Tuvieron una semana para preparar las cosas, aunque poco había que preparar. Cuando D. Felipe le pagó el dinero del viaje a Julián, el dueño de la patera le insistió: "No pueden ustedes llevar muchas cosas para el viaje. La barca va con mucha gente y no caben muchos bultos más... solo lleven un poco de comida y bebida y algo de ropa."

Pascualín quería llevar una pelota. Su papá tajantemente le dijo que no podía ser. Le dieron una bolsa con galletas una botella de agua y dos camisas. Así el resto de la familia llevaban algunos objetos de primera necesidad.

A las 5 de la mañana en la playa les esperaba la patera y mucha gente cargada con sus bolsas se iba acercando. Julián; como marinero y capitán de aquel viaje, iba colocando a la gente. Según iban subiendo a la barca todos miraban alrededor, y se daban cuenta de que para el tamaño de aquella patera parecían demasiados navegantes. Cuando alguno se quejaba Julián le decía secamente: "Dese cuenta de que ustedes han pagado poco por eso. Si hubieran sido menos hubieran tenido que pagar más; así es la vida"

Mientras el barco se cargaba y cada persona o familia iba buscando su posición, entre ellos se iban haciendo preguntas. Algunos de los viajeros ya habían hecho ese viaje alguna vez e informaban a los novatos. Parece que sería un par de semanas la duración del viaje. Dependía de cómo estaría el mar y el viento esos días...

Cuando todos estuvieron colocados ya a las 8 de la mañana, Julián gritó:

¿Están todos listos? pues ¡nos vamos, y los que sepan rezar que recen a su Dios! En la barca había católicos, cristianos de otras iglesias, musulmanes... pero en ese momento todos quedaron callados y muchos labios se movían suavemente...

La patera se separó de la costa pero a principio se veía la orilla. Después de los primeros momentos de silencio ya empezaron a platicar los viajeros con sus vecinos. Algunos eran del mismo pueblo y se conocían. Otros eran de otras ciudades y algunos de los países cercanos: Chad, Mali.

No vamos a contar todas las peripecias del viaje, día tras día. Por lo general le gente se llevaba bien y había gente como Don Felipe y Luisa, los papas de Pascualín, bondadosos con los vecinos del viaje. Había varios niños y niñas que enseguida hicieron amistad y organizaban juegos en los que no tuvieran que moverse mucho (no había lugar en la patera). También había algunos mayores con peor carácter que discutían y se enfrentaban con los demás, pero la mayor parte procuraba mantener la paz.

Julián desde su puente de mando a veces orientaba a los viajeros; " ¡Ahora vamos frente a Senegal! ... ¡Allí está el Sahara!..." La verdad es que muchos de los navegantes no tenían idea de lo que era África; algunos no habían ido a la escuela y no sabían nada de geografía.

En aquel mar, frente a aquellos horizontes se veían perdidos-

Lo malo fue que después de los primeros días de buen tiempo; empezó a soplar el viento, a llover un poco. Todos aconsejados por Julián llevaban plásticos y hasta algunos paraguas y se cubrieron bien. Empezaron a suceder cosas cuando ya se acercaban a España, que,,, que ya les contaremos en detalle en el próximo capítulo.