Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

24 de julio de 2024

EL NIÑO QUE QUERÍA SER MAYOR

  Capítulo 

EL REENCUENTRO

Llegaron los papás de Pascualín a casa de la familia de Pili.

Les abrieron la puerta Don Ramón y Doña Pilar. Los emigrantes se deshacían en agradecimiento Pero los andaluces aquellos no les dejaron hablar. "Ande ande, eso es normal, echar una manita a quien le hace falta... Si nosotros fueramos a su país ustedes harían lo mismo. Vamos a ver si se ha despertado ya su chiquitín"

-"¡Huy no le llame chiquitín – dijo Doña Lucía - él dice que ya es grande con sus diez años!"

Pasaron a la habitación donde el niño seguía dormido tal como cayó sobre el colchón. Se acercó Doña Lucía y empezó a hacerle cosquillas en la cara. El niño gruño molesto y se dió la vuelta, pero Doña Pilar abrió la ventana y un rayo de sol le dió en los ojos. Pascualín los entreabrió: "eeh? Aaaah uuuuh.. `¡mamá, papá!" Entonces recobró la conciencia de dónde están. Saltó de la cama y se abrazó a sus padres. 

Los dueños de la casa salieron de la habitación y les dejaron solos. Ellos después de los abrazos se empezaron a contar lo que les había sucedido, cómo se habían separado y cómo aquella voluntaria de la Cruz Roja había sido el hilo conductor del encuentro...

Cuando salieron de la habitación, ya en la cocina- comedor les habían puesto la comida una ensalada y chorizo típico de allá con pan, mucho pan que era novedad para la pobre alimentación de los africanos. 

Les dijeron comer sin comentarios, solo Pili les contó a sus padres, cómo la lancha grande, la patera en que habían viajado casi milagrosamente había quedado destrozada sobre la arena. Menos mal que había terminado el temporal, y las olas fueron dejando suavemente las tablas rotas y a los pocos náufragos que quedaban sobre ellas en aquella playa de Cádiz. Como había sido un día tormentoso, no había entonces nadie bañándose... solo los vigilantes llamaron a la Cruz Roja y la policía que fueran a rescatar a la gente tirada junto al mar. Allí había salido Pili con otros voluntarios . Fue ella la primera que encontró a Pascualín. Siguió la conversación hasta que se dieron cuenta de que los papás de Pascualín, no habían descansado después del accidentado desembarco, así que habrá que dejarles dormir como a su hijo y esperaremos a saber más  de su vida cuando se despierten. Felices sueños.