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4 de julio de 2024

EL PADRE HERMÓGENES UN DEFENSOR DE LOS BIENES NATURALES

 “El Santo que yo conocí”

Por Wellinton Osorio

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“Yo tuve la experiencia de acompañarlo una vez de la aldea Las Nubes a San José Pinula y se me quedó grabado porque había celebrado (misa) en esa comunidad. Le dije: padre, ¿me hace favor de darme jalón para San José? Él respondió: ‘Si tenés valor que nos maten juntos, te llevo’. Yo sabía que estaba amenazado, pero no sabía ese lado de él, que en cualquier vuelta lo podían matar. De hecho, cuando nos subimos al carro, en cada curva el padre miraba por si no había nadie en las peñas. Un mes más tarde lo mataron. Esa fue la última vez que yo lo vi”, testimonio de un vecino de la aldea la Concepción, Palencia.

Eufemio Hermógenes López Coarchita, nacido en 1928 en la finca El Pirú, entre Ciudad Vieja y Antigua Guatemala, Sacatepéquez, fue ordenado sacerdote diocesano en 1954.

Movido por su vocación educativa fundó el colegio preprimario Santiago en Antigua Guatemala e impulsó el movimiento rural de Acción Católica en 19 aldeas de la región.

También se desempeñó como guía espiritual en el Seminario Conciliar de la ciudad de Guatemala.

El padre Hermógenes ejerció su ministerio en la parroquia de San Miguel Dueñas en Sacatepéquez y en la parroquia de la colonia La Florida en la ciudad de Guatemala. El 26 de noviembre de 1966 asumió en la parroquia de San José Pinula.

A su llegada, el municipio contaba con una escuela primaria para 300 alumnos, algunas canchas deportivas, un parque, un mercado y una población mayoritariamente católica.

Los domingos y días festivos, San José Pinula acogía a numerosos visitantes de las aldeas vecinas.

El padre Hermógenes se integró rápidamente en la comunidad. Fue conocido por su carácter alegre y bromista, participaba en reuniones de vecinos y tenía la costumbre de regalar dulces a los niños y niñas durante sus visitas pastorales.

Su dedicación y cercanía con la gente fortalecieron su papel como líder espiritual y comunitario.

Padre Hermógenes junto a mujeres y la niñez en San José Pinula. Foto de Hemeroteca

El 30 de junio de 1978, después de haber visitado varios enfermos en la aldea San Luis, a seis kilómetros de San José Pinula, en la ruta que conduce a Palencia, el padre Hermógenes fue interceptado por hombres fuertemente armados que lo asesinaron, según el informe “Guatemala: memoria del .silencio”, de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH).

Desde entonces, cada 30 de junio, cientos de feligreses de comunidades de Palencia, San José Pinula, Fraijanes, Guatemala y de Santa Rosa, conmemoran el aniversario luctuoso del padre Hermógenes.

Muchos lo recuerdan como “el Santo que yo conocí”. Caminan desde sus comunidades hasta el área urbana de San José Pinula, participan en la misa y realizan un breve recorrido para recordar las circunstancias de su muerte. Además, celebran que ya está en proceso la beatificación y canonización del padre.

Sin embargo, varias personas, especialmente los jóvenes, ya no centran las actividades conmemorativas en las circunstancias sociales, políticas y comunitarias que llevaron a las amenazas, persecución y posterior asesinato del padre Hermógenes a manos de paramilitares ligados al Ejército de Guatemala.

Los comunitarios señalan que es importante repasar su trabajo y vida, enfocados en la organización comunitaria, la defensa de los bienes naturales y los derechos humanos.

Es que, de hecho, el padre también es reconocido por la lucha por defender los recursos naturales.

Monumento en memoria del martirio del padre Hermógenes, ubicado en la aldea San Luis Puerta Negra, de San José Pinula, donde cuerpos ilegales del Estado lo interceptaron y lo asesinaron. Foto de Wellinton Osorio

A principios de los años 70, el crecimiento poblacional de la ciudad de Guatemala comenzó a generar problemas en el acceso al agua para los residentes. Esta situación fue vista por las empresas Terracerías y Pavimientos Industriales, S.A (Tepavin, S.A.) y Aguas, S.A. como una oportunidad para presentar a la municipalidad de Guatemala un proyecto que proponía la introducción de hasta 66,000 pajas de agua (aunque se estimaba que podrían ser hasta 100,000) para la ciudad. Este proyecto involucraba la construcción de sistemas de tuberías que transportarían agua desde los ríos Ajalón, Colorado, Negro, Sombrerito, Matapalo, Aguacate I y Aguacate II, Cipresal, La Danta y El Tambor, los cuales nacen en las montañas de Palencia y San José Pinula y atraviesan los departamentos de El Progreso, Jalapa y Santa Rosa.

La situación alarmó al padre Hermógenes, quien preocupado comenzó a mencionar el tema en sus homilías para sensibilizar a los campesinos de las comunidades. También empezó a coordinar con los alcaldes de los municipios afectados y a discutir el asunto con los vecinos de las aldeas de las montañas de Palencia y San José Pinula, con el fin de organizarse y detener el proyecto que pretendía llevarse el agua de las montañas, lo cual afectaría a cientos de campesinos. Calificó el proyecto como un negocio entre los propietarios de las fincas de la zona y los empresarios de Aguas, S.A.

En el proceso de organización comunitaria para la defensa de los ríos de Palencia y Pinula, el padre Hermógenes crea una alianza con los alcaldes de San José Pinula y Palencia. Fundó el Comité Prodefensa de los Recursos Naturales.

Esta iniciativa se empezó a organizar en 1977 para proteger los ríos y recursos naturales, especialmente ante la amenaza de otros proyectos extractivos en el territorio.

En este contexto, el comité fue liderado por el profesor Jorge Francisco Pineda Sosa, conocido como don Paco Sosa, alcalde de Palencia de 1976 a 1980, en colaboración con el padre Hermógenes.

Se organizaron reuniones y manifestaciones para resistir la venta de agua a la capital por parte de la compañía Tepavin, S.A. Luego, se eligió como presidente de este comité a Benigno Gómez.

En el comité se organizaron vecinos de las comunidades de los municipios de Palencia y San José Pinula, Guatemala, así como del municipio de Santa Rosa de Lima y Nueva Santa Rosa, Santa Rosa, y de Mataquescuintla, Jalapa.

Este fue uno de los primeros esfuerzos territoriales para organizarse en defensa de los bienes naturales.

El padre Hermógenes decía que era importante organizarse porque no solo eran los ríos los que estaban en peligro, sino los bosques y la riqueza que hay en las montañas de esta zona. Hoy este mismo territorio está amenazado por la presencia de licencias de exploración y explotación minera, entre estas se encuentran los proyectos Santa Luisa Este de la empresa Inversiones Tres Puentes, S.A.

El Comité Prodefensa de los Recursos Naturales organizó varias reuniones para detener el proyecto que afectaría a las montañas.

Vista aérea del lugar donde asesinaron al padre Hermógenes y parte de la aldea San Luis Puerta Negra. Al fondo se ven las montañas de Palencia y San José Pinula, donde la empresa Tepavin, S.A. y Aguas, S.A. pretendían implementar el proyecto de agua. Foto de Wellinton Osorio

Moisés Quevedo Martínez, dirigente comunitario y actor importante en la movilización de campesinos en Palencia, recuerda que, en una ocasión, en el año 1977, durante una reunión con el Concejo Municipal de la ciudad de Guatemala y la empresa Tepavin, S.A., el padre Hermógenes tuvo una discusión con los abogados de la empresa, manteniéndose firme en la defensa de los ríos.

El padre Hermógenes desempeñó un papel importante en la defensa del territorio, generó conciencia social y colaboró con la comunidad, recuerdan.

El 20 de noviembre de 1977, en la Escuela Tipo Federación de Palencia, el Comité Pro Defensa de los Recursos Naturales, encabezado por el padre Hermógenes, organizó una reunión en la que participaron aproximadamente 4,000 campesinos de Palencia, San José Pinula, Mataquescuintla, San Rafael las Flores, Barberena, Nueva Santa Rosa, Santa Rosa de Lima, San Antonio la Paz y Sanarate. También estuvieron presentes los alcaldes de todos los municipios mencionados, el gobernador del Progreso y representantes de los gobernadores de Jalapa y Santa Rosa, además del jefe de la subregión V-3 de la Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (DIGESA).

Durante esta reunión se discutieron los problemas ambientales y sociales que podría generar el proyecto de la compañía Aguas, S.A. para los más de 200 mil agricultores que dependen del agua de los 10 ríos que la empresa planeaba desviar para su proyecto privado. En la reunión se logró que los campesinos presentes elaboraran y firmaran un memorial dirigido al presidente Kjell Laugerud García, pidiendo su intervención para detener el proyecto de esta empresa. Además, firmaron un memorial dirigido al ministro de Agricultura, quien es responsable de los recursos agropecuarios del país. En este memorial se solicitaba que, en lugar de desviar los 10 ríos para abastecer a la ciudad, se construyera un sistema de miniriego que aumentara la productividad agrícola nacional.

Recorte de periódico, 1977. Foto de cortesía del profesor Paco Sosa

Tras la reunión con miles de campesinos de una parte importante del oriente del país, comenzó a discutir sobre los futuros proyectos extractivos que llegarían al territorio.

Sin embargo, su activismo y oposición a las reservas militares, el reclutamiento forzado de jóvenes para el Ejército y la explotación de los recursos naturales, le costaron la vida.

El asesinato del padre Hermógenes

“Yo sí recuerdo las medidas que vinieron a tomar algunas personas, las tomaron en el pozo tibio (aldea la Concepción, Palencia). Abajo del pozo tibio hay una poza grande, vinieron a poner unas tablas como medida para hacer una presa ahí, como si quisieran taparla para llevarse el agua. Después, solo se supo que habían matado al padre. No pasó mucho tiempo”, recuerda un vecino.

A principios de 1978, las amenazas anónimas de muerte que recibía desde hace años, que lo acusaban de comunista junto con varios catequistas y campesinos que lo acompañaban, se intensificaron.

Estas amenazas llevaron al padre Hermógenes a decidir trasladarse siempre solo.

“Prefiero ir solo, temo por ustedes. No teman, ya tengo mis alforjas llenas”, dijo también a varios catequistas con quienes colaboraba en el movimiento de Acción Católica de las comunidades de Palencia y Pinula, pidiéndoles que se retiraran del servicio por seguridad.

En esos días, un diputado envió una carta a monseñor Mario Casariegos, entonces máxima autoridad de la iglesia católica en Guatemala.

Le pedían que retirara al padre Hermógenes de la parroquia de San José Pinula, porque agitaba los ánimos de la población campesina.

“Yo tuve la experiencia de acompañarlo una vez de la aldea Las Nubes a San José Pinula y se me quedó grabado porque había celebrado (misa) en esa comunidad. Le dije: padre, ¿me hace favor de darme jalón para San José? Él respondió: ‘Si tenés valor que nos maten juntos, te llevo’. Yo sabía que estaba amenazado, pero no sabía ese lado de él, que en cualquier vuelta lo podían matar. De hecho, cuando nos subimos al carro, en cada curva el padre miraba por si no había nadie en las peñas. Un mes más tarde lo mataron. Esa fue la última vez que yo lo vi”, testimonio de un vecino de la aldea la Concepción, Palencia, que pidió no ser citado.

El 25 de junio de 1978, el padre Hermógenes pronunció en su homilía: “Si es necesaria la sangre de uno de nosotros para que haya paz en Guatemala, estoy dispuesto a derramar la mía”.

Cuatro días después, envió una carta al presidente Kjell Laugerud García, donde le pedía la supresión del Ejército debido a la violencia ejercida en las comunidades.

En una visita realizada a la aldea la Concepción, otro vecino que prefirió hablar en anonimato dijo: “Otra cosa por la que él luchaba era que los jóvenes iban al casco municipal y los comisionados los corrían para llevarlos al cuartel, y los jóvenes ya no bajaban al pueblo por miedo a que los agarraran para el servicio militar. Él estuvo enviando cartas al presidente y todo eso”.

El 30 de junio de 1978 el padre Hermógenes fue asesinado por un escuadrón de la muerte.

La Comisión para el Esclarecimiento Histórico llegó a la presunción fundada de que el sacerdote Eufemio Hermógenes López Coarchita fue ejecutado por sujetos que contaron con la posterior protección y encubrimiento del Estado, cuyas entidades faltaron gravemente a su deber de investigar y sancionar los hechos.

Alrededor de las 10 horas el padre Hermógenes salió de su parroquia rumbo a la aldea San Luis, a seis kilómetros de San José Pinula, para visitar a unos enfermos.

Cuando la camioneta del padre Hermógenes venía, estaba un carro negro en los cerritos. Había un hombre con un carro supuestamente descompuesto.

Todo estaba planificado para asesinarlo. No lo dejaron pasar, lo arrinconaron en un paredón y luego solo se oyeron los disparos.

Se escucharon dos detonaciones, contó un testigo.

Los pobladores reaccionaron de inmediato: “Nos acercamos al camino, cuando vimos por los cerritos se miraba una parte del picop, de la palangana. Se alejaba a toda velocidad en dirección a San José Pinula”.

Días antes, los pobladores ya habían visto ese mismo vehículo por el pueblo y la carretera.

“Ese carro, lo vio el pueblo, lo vio seguirle a él. Ese carro llegaba, volvía a regresar. Más o menos iban cuatro con el que manejaba. Eran jóvenes de unos 20 a 25 años, como cualquier común y corriente”, cita el informe de CEH, en el Caso ilustrativo No. 101, que hace alusión a la ejecución arbitraria de Eufemio Hermógenes López Coarchita.

Vecinos acompañan el entierro del padre Hermógenes. Fotografía de cortesía de la familia del padre

Luego del asesinato del padre Hermógenes, en septiembre de 1978, Miguel Ángel Cifuentes fue acusado por el jefe de policía de San José Pinula de distribuir propaganda “subversiva” del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) y del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT).

Posteriormente, el 28 de junio de 1980, en el municipio de San José Pinula, departamento de Guatemala, un grupo de hombres armados ejecutó a Miguel Ángel Cifuentes Méndez, quien era alcalde y dirigente comunitario.

En noviembre de 1977, el profesor Jorge Francisco Pineda Sosa, alcalde de Palencia, ya había denunciado ser víctima de constantes amenazas de muerte por oponerse al proyecto de la compañía Aguas, S.A.

Entre 1978 y 1982, varios campesinos, especialmente jóvenes, que participaron en las movilizaciones y acciones en defensa de los ríos de las montañas de Palencia, San José Pinula, Santa Rosa y Jalapa, fueron desaparecidos forzosamente.

Muchas de estas desapariciones no fueron reportadas ni incluidas en los informes sobre las víctimas del conflicto armado interno en Guatemala, y se han asociado con las acciones de reclutamiento forzado del Ejército de Guatemala.

Prensa Comunitaria