CREER EN JESÚS
En aquel tiempo, cuando
la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y
fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago
le preguntaron:
Maestro, ¿cuándo has
venido aquí ?
Jesús les contestó:
Os lo aseguro: me
buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta
saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura,
dando vida eterna; el que os dará el Hijo del hombre, pues a este lo ha sellado
el Padre, Dios.
Ellos le preguntaron:
¿Cómo podremos ocuparnos
en los trabajos que Dios quiere?
Respondió Jesús:
Este es el trabajo que
Dios quiere: que creáis en el que él ha enviado.
Ellos le replicaron:
¿Y qué signo vemos que
haces tú para que creamos en ti?
Nuestros padres comieron
el maná en el desierto, como está escrito: <<Les dio a comer pan del
cielo>>.
Jesús le replicó:
Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre quien os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.
Entonces le dijeron:
Señor, danos siempre de
ese pan.
Jesús les contestó:
Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará nunca sed (Juan 6, 24-35).
EL CORAZÓN DEL
CRISTIANISMO
La gente necesita a
Jesús y lo busca. Hay algo en él que los atrae, pero todavía no saben
exactamente por qué lo buscan ni para qué.
La gente intuye que
Jesús les está abriendo un horizonte nuevo, pero no saben que hacer ni por
dónde empezar. El evangelista resume sus interrogantes con estas palabras:
<<¿Y qué obras
tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?>>.
La respuesta de Jesús
toca el corazón del cristianismo:
<<La obra (¡en
singular!) que Dios quiere es esta: que creáis en el que él ha enviado>>.
Después de veinte
siglos de cristianismo, ¿no necesitamos descubrir de nuevo que toda la fuerza y
originalidad de la Iglesia están en creer en Jesucristo y seguirlo?. La fe cristiana
no consiste en ir cumpliendo correctamente un código de prácticas y
observancias nuevas, superiores a las del Antiguo Testamento. No. La identidad
cristiana está en aprender a vivir un estilo de vida que nace de la relación
viva y confiada en Jesús, el Enviado del Padre.
Nos vamos haciendo cristianos
en la medida en que aprendemos a pensar, sentir, amar, trabajar, sufrir y vivir
como Jesús.
Para subsistir en medio
de la sociedad laica, las comunidades cristianas necesitan cuidar más que nunca
la adhesión y el contacto vital con Jesús, el Cristo.
COMO CREER EN JESÚS
Jesús les dice que no
trabajen por cualquier cosa, que no piensen solo en un <<alimento
perecedero>>. Lo importante es trabajar teniendo como horizonte
<<la vida eterna>>.
Colaboración de Juan García de Paredes.