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24 de julio de 2024

LOS OTROS SALMOS (Salmo 83)

 ¡Qué deseables son tus moradas!

(salmo 83)

¡Quiero vivir en tu casa, Dios mío,

en un rinconcito que sobre.

Yo me haré más pequeño,

para no estorbar.

Sólo quiero estar junto a ti,

escuchando, contemplando,

sintiendo el calor de tu presencia.


Y si quieres me das una escoba

para limpiar la casa.

O, si prefieres, trátame como a una escoba,

dispuesta siempre a barrer, hasta gastarse,

y guardadita en el rincón para que no estorbe.

 

Si me dejas, allí me quedaré días y días,

porque ya no necesitaría nada.

¿Por qué ese deseo de viajar, de correr,

de divertirse, de comprar?

¿Por qué ese deseo de cambiar de casa

y de coche y de vestido

y hasta de amigos?

Tú lo eres todo para mí:

tú eres mi mar y mi montaña,

mi tierra y mi galaxia,

mi encanto y mi tarea,

mi evangelio y mi biblioteca,

mi canción y mi juego,

mi éxtasis y mi silencio.

 

¡Qué bien se está hasta en los umbrales de tu casa!

Yo quiero quedarme en tu casa,

tres días y tres noches, como Jesús,

tres años y tres siglos, siempre.

 

LOS OTROS SALMOS (salmo 83)
Colaboración de Juan García de Paredes.