-- Hay quienes pasan de
puntillas,
sin pena ni gloria.
Son los mediocres que
no se comprometen.
-- Otros pasan de
largo, encerrados en sí
mismos y contando su
dinero.
Son ricos y están
ciegos.
-- Algunos no pasan,
pisan. Son los
poderosos de este
mundo, los dictadores
o los falsos mesías que
pasan arrasando.
-- Otros posan.
Pendientes de su imagen y
de las revistas del
corazón, pasean simplemente
su gloria por los
escaparates de la vida.
-- Los hay que
sencillamente no pasan.
Son los inhibidos, los
fósiles, los muertos que,
antes de nacer,
enterraron sus talentos.
-- Una inmensa mayoría,
o pasa por el tubo
o no lo dejan pasar:
son los oprimidos, los que
pesan en los planes de
Dios.
-- Y, entre todos
ellos, Jesús pasó haciendo el bien y
curando a los oprimidos por el diablo (He 10, 38).
Palabras para el
silencio
Colaboración de Juan García de Paredes.