Y dijo Dios…
Si nadie te ama,
mi alegría es amarte.
Si eres débil,
te daré mi fuerza y
energía.
Si eres inútil,
yo no puedo prescindir
de ti.
Si me hablas, trátame
de tú.
Si tienes hambre,
soy pan de vida para ti.
Si eres infiel, yo soy
fiel.
Si quieres conversar,
yo te escucho siempre.
Si piensas que soy tu
rival,
no quiero quedar por
encima de ti.
Si quieres ver mi
rostro,
mira una flor, una
fuente, un niño.
Si todos te olvidan,
mis entrañas
se estremecerán
recordándote.
Si no tienes a nadie,
me tienes a mí.
Si eres silencio,
mi palabra habitará tu
corazón.
Palabras para el
silencio
Colaboración de Juan García de Paredes.