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7 de agosto de 2024

CREER, ¿PARA QUÉ?

¿Para qué sirve creer?

Hoy quiero hablar contigo de esto.

Tú sabes muy bien que los creyentes tenemos los mismos

problemas y sufrimientos que todo el mundo. La fe no le

dispensa a nadie de las preocupaciones y dificultades de

cada día. Pero si un creyente cuida en el fondo de su

corazón la confianza en Dios, descubre una luz, un

estímulo y un horizonte nuevo para vivir.


En primer lugar, el creyente puede acoger la vida cada

mañana como un regalo de Dios. Dios me regala un nuevo

día. No estoy solo en la vida. Alguien cuida de mí. Viviré

este día confiando en él.

El creyente puede conocer también la alegría de saberse

perdonado. En medio de sus errores y mediocridad puede

experimentar la inmensa comprensión de Dios.

El creyente cuenta también con una luz nueva frente al

mal.

Yo no me veo liberado del sufrimiento, pero le puedo dar

un sentido nuevo y diferente. Dios quiere verme feliz.

Puedo vivir sin autodestruirme ni caer en la

desesperación.

¿Para qué creer? Para sentirme acogido por Dios cuando

me veo solo e incomprendido; para sentirme consolado

en el momento del dolor y la depresión, para verme

 fortalecido en mi impotencia y pequeñez; para sentirme

invitado a vivir, a amar, a crear vida a pesar de mi

fragilidad.

¿Para qué creer? Para vivir incluso los acontecimientos

que parecen pequeños e insignificantes con más hondura;

para tener más fuerza para amar a las personas.

¿Para qué creer? Para no ahogar en mí el deseo de vida

hasta el infinito; para defender mi libertad y no terminar

esclavo de cualquier ídolo; para vivir abierto a la verdad

última de la vida; para no perder la esperanza en el ser

humano.


¿Para qué creer? Para no estancarme en la vida; para ir

aprendiendo desde el evangelio maneras nuevas y más

humanas de trabajar y disfrutar, de sufrir y de vivir.

¿Para qué creer? Para abrirte a un Dios vivo, que te

quiere ver lleno de vida. Un Dios que puede ser para ti el

mejor estímulo y la mejor ayuda para vivir.


Hoy se habla mucho de aquellos que se alejan de la fe,

pero no se dice que hay personas que no solo no

abandonan su fe, sino que se preocupan más que nunca

de cuidarla y purificarla, porque sienten que Dios les

ayuda a enfrentarse a la vida de una manera más

humana.

 

TÚ ESTAS CERCA,


ESTÁS CERCA SIEMPRE,

SEAMOS CONSCIENTES O NO,

TE ACEPTEMOS O TE RECHACEMOS,

TE LO DIGAMOS O NO.

TÚ ESTÁS CERCA.

 

Autor: Un amigo que aprecio mucho.

José Antonio Pagola

Colaboración de Juan García de Paredes.