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11 de septiembre de 2024

CONSTANTINO: UN SUEÑO ANTI-HISTÓRICO

CAPÍTULO 4: YA NO HACEN FALTA CATACUMBAS

MARTÍN VALMASEDA

Salió de casa de Demócrito el episcopus Silvestre( aún no se le llamaba Papa al que dirigía en Roma a los cristianos) y cuando apareció libre, sin cadenas, de detrás de una tapia cercana salió un grupo de los creyentes en Jesús con caras asustadas.

Por favor dijo Silvestre, dejen esos rostros de tragedia, ya les dije que el nuevo presidente de Roma no es un dragón como los emperadores anteriores. Ahora van a poder vivir libremente en sus casas. Los asustadizos cambiaron el gesto y abrazaron a su obispo.

Padre silvestre ¿el presidente te habrá ofrecido algún palacio donde vivas según tu dignidad?

Silvestre le miró con gesto irónico: No sé si recuerdas algo amigo Marco: ¿Qué palacio tenía Jesús que le faltaba hasta una piedra donde reclinar su cabeza?.

Marco calló avergonzado. Silvestre se dirigió a todo el grupo: Escuchadme amigos.

Este presidente es un filósofo respetuoso de las personas pero exigente y justo. No pretendan que nuestra ekklesia tenga preferencias especiales. Nos ha dado libertad pero no privilegios Ya no tendremos que escondernos en las catacumbas pero deberemos cumplir las leyes de Roma como todos los vecinos de la ciudad.

En ese momento escucharon el trote de un caballo que apareció por la esquina y el que lo montaba era el senador Fulvio. Al ver al grupo y distinguir a Silvestre se detuvo y descendió de la cabalgadura. Él y Silvestre se abrazaron. Ya estoy informado-dijo Fulvio- de su conversación con el presidente Demócrito cuenten conmigo para introducirles en la sociedad romana.

- Nosotros estamos ya introducidos en la sociedad de los barrios pobres pero le agradecemos su amistad y apoyo y tiene las puertas abiertas de nuestras casas allí es donde celebramos los domingos la cena del señor. Entonces habló Priscila una de las jóvenes cristianas Yo le he visto a usted senador pasar por delante de mi casa. Cualquier domingo puede acudir a nuestra fiesta que llamamos la fracción del pan, es como una sencilla cena. Ya le explicaremos.

Se estaba haciendo tarde. Algunos cristianos acompañaron a su casa al obispo Silvestre. El senador montó a caballo y siguió su camino... y nosotros esperamos a seguirles contando esta anti-historia de los primeros siglos del cristianismo