CAPÍTULO 6: EXPLICACIONES
En este cuento o sueño anti-histórico (contrario a lo que de verdad nos cuenta la historia del emperador Constantino) cuando gracias al presidente Demócrito, los cristianos en el siglo IV pudieron vivir su religión sin persecuciones, ni privilegios, se siguieron reuniendo en sus casas en pequeños grupos que hoy llamaríamos <<comunidades eclesiales de base>>. Esas reuniones se celebraban para recordar el día que resucitó Jesús, es decir el primer día de la semana judía. Para los judíos el último día era el sábado y el primero nuestro domingo que los cristianos llamaban el día del señor, el dies domini. Fidel y los demás recién bautizados ya habían aprendido que ese día se reunían a PARTIR EL PAN. En Roma y otros países donde Pablo de Tarso y otros apóstoles habían predicado la fe en Jesús, como Siria, Grecia, y hasta la India donde evangelizó el apóstol Tomás...
Pero volvamos a Roma.
donde el senador Fulvio ahora llamado Fidel, después de bautizado, pues Fidel
ese dies domini acudió con alegría y esperanza a casa de Priscila.
¡Ah! pero les prometí
en el capítulo anterior que les explicaría la conversación entre Fidel y
Priscila después del bautismo: lo que le dijo Fidel a su catequista fue:
<<Priscililla me alegra estar aquí contigo. Yo estoy soltero y me
gustaría una mujer como tú para compañera de mi vida. Ahí fue cuando el rostro
de Priscila adquirió el color del tomate y no le dijo ningún no. Fidel la
acompañó a su casa, los dos agarrados de la mano...
Pero estamos en el dies
domini cuando los cristianos celebraban esa comida o cena que llamaban fracción
del pan.
Y como ya se nos
termina el capítulo dejamos para el siguiente esa fracción del pan