Más de 200 mexicanos
huyeron de violencia y buscan refugio en Huehuetenango.
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Créditos: De las 207
personas a las que se les proporcionó el certificado que les permite tener un
estatus regular en el país, 77 mexicanos no poseen documentos. Foto del
Gobierno de Guatemala
Algunas familias han relatado que miembros del cartel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación les dieron 24 horas para abandonar sus hogares ante los reclutamientos forzados, extorsiones, asesinatos y desapariciones de personas que se niegan a sumarse a sus filas. Una tragedia que se vive en el municipio de Amatenango, en el sur del estado de Chiapas.
La violencia producida
por la disputa de territorios por parte de los cárteles del narcotráfico en el
estado de Chiapas, México, ha provocado que 260 mexicanos se desplazasen hacia
la aldea Ampliación Nueva Reforma, en el municipio de Cuilco, Huehuetenango,
según datos registrados el domingo 28 de julio y proporcionados hoy por Danilo
Rivera, director del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM).
Desde el pasado lunes
22 de julio, han surgido imágenes de hombres, mujeres, niños, niñas y
adolescentes que salieron del municipio de Amatenango de la Frontera, Chiapas,
y llegaron caminando a las comunidades del departamento guatemalteco fronterizo
con México, para pedir refugio.
De las 207 personas a las que se les proporcionó el certificado que les permite tener un estatus regular en el país, 77 mexicanos no poseen documentos.
Este lunes el IGM tenía
previsto visitar la comunidad Monterrico en donde además de documentar a las
familias desplazadas también ha proporcionado catres, carpas, kits de
alimentación tanto para los refugiados como a las familias que los han recibido
ya que según, explicó el director de la institución, algunos de los desplazados
se encuentran en casas particulares. Aunque hay un albergue habilitado en
Cuilco y en otras comunidades se han habilitado escuelas para el refugio. Las
autoridades aseguraron estar preparadas para atender la llegada de más mexicanos.
“La mayor parte de la
población se encuentra en la aldea Ampliación Nueva Reforma y otra en el
municipio de Cuilco. Estamos coordinando con cooperación internacional e
instituciones nacionales quienes nos han apoyado con kits de limpieza y
alimentos, infraestructura, jornadas médicas e incluso ropa. Muchas de las
personas que están apoyando (a quienes huyen de la violencia) son familiares,
amigos o conocidos”, afirmó Rivera.
El funcionario resaltó
la solidaridad comunitaria de Huehuetenango y recordó que México también acogió
a guatemaltecos durante el conflicto armado por lo que algunos de los
desplazados tienen la doble nacionalidad y hoy están regresando con sus
familiares ante la situación de peligro a la que están expuestos.
Cuilco se localiza a 18 kilómetros de Amatenango de la Frontera de donde han huido más de 40 familias por la violencia entre cárteles del narcotráfico. Foto del Gobierno de Guatemala.
Chiapas, territorio clave para el trasiego de drogas y migrantes
Ayer, la Asociación Pop No’j explicó a través de un comunicado que la situación de violencia que ha provocado los desplazamientos no es nueva y se ha incrementado en los últimos tres años por la disputa entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Pero ahora “pareciera que se suma un nuevo actor: el cartel Chiapas y Guatemala”.
El texto señala que en esta última organización criminal participan militares kaibiles, una tropa de élite contrainsurgente del Ejército de Guatemala que ejecutó masacres y tierra arrasada durante el conflicto armado interno.
“Miembros de estas bandas establecen puestos de control en carreteras y cobran extorsiones. En muchas comunidades mexicanas se vive un “toque de queda” de hecho, pues las personas no salen de sus casas después de las 7:00 de la noche, ni antes de las 6 de la mañana. Comunidades han permanecido sitiadas, lo que incluso ha provocado problemas de abastecimiento. Se vive una situación de inseguridad y zozobra”, denunció la Asociación Pop No’j.
Diarios mexicanos
también relatan que estos grupos de la delincuencia organizada también realizan
reclutamientos forzados, cobros de derecho de piso, quema de vehículos, así
como asesinatos y desapariciones de personas que se niegan a sumarse a sus
filas.
Una persona que platicó
con uno de los desplazados, dijo al diario La Jornada, que no les dieron
oportunidad de sacar cosas y salieron con lo que pudieron. “En algunas
localidades les dieron 24 horas para dejar su pueblo. Me dijo que estuvo
cansado y agotador el viaje porque salieron caminando por la montaña, ya que
las carreteras están bloqueadas. Primero llegaron a la municipalidad y de ahí a
Ampliación Nueva Reforma, que está a entre una hora y media y dos horas de
camino en vehículos de doble tracción”, contó la fuente.
A pesar de la violencia
que se vive en ese estado mexicano, las familias desplazadas forzosamente
desean volver a su hogar, según las entrevistas, realizadas por el Instituto
Guatemalteco de Migración. En un comunicado conjunto de Guatemala y México,
ambos gobiernos señalaron que los mexicanos que manifiesten su decisión de
retornar contarán con el apoyo consular. El texto agrega que los retornos serán
planificados por ambos países y en diálogo con las personas mexicanas.
“Nos metimos debajo de la cama, tirados al piso. Y empezaron a disparar y se escuchaba que las balas pasaban arriba de nosotros. Ya que se tranquilizó tantito, nos salimos. No trajimos ni ropa ni chanclas ni nada”, dijo una de las mexicanas desplazadas a medios internacionales.
Chiapas es la frontera
más larga del sureste de México e incluye un área de selva por lo que ha sido
históricamente un punto clave para el traslado de droga desde Centro y
Sudamérica.
El cartel de Sinaloa
tuvo el control casi total en las últimas dos décadas, a excepción de una
disputa que tuvo con la banda de Los Zetas y en el último año se ha dado una
irrupción del Cartel Jalisco Nueva Generación.
La disputa no solo se
ha limitado al trasiego de droga, sino también a la extorsión y tráfico de migrantes
que van a Estados Unidos. Más de 10 mil personas han sufrido un desplazamiento
forzado interno en el estado de Chiapas.
El diario mexicano La
Jornada reportó que el domingo, pobladores informaron que los enfrentamientos
entre los carteles del narcotráfico continuaron registrándose en un camino de
terracería cerca de las comunidades El Jocote y Selegua del municipio de
Frontera Comalapa.
Según un comunicado de
la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México, en las comunidades
fronterizas, en donde se localizan los mexicanos, Guatemala ha reforzado la
seguridad. Este lunes, Henry Sáenz, ministro de la Defensa, dijo que han
desplazado a la frontera a las brigadas de operaciones para montaña en San
Marcos, la quinta brigada de infantería de Huehuetenango y la Unidad de Fuerzas
Especiales Kaibil.
“Se trata de una
situación sumamente compleja y la solución no es sencilla, sino que debe verse
a corto, mediano y largo plazo. Las respuestas a esta crisis deben ser
integrales e incluir esfuerzos coordinados para garantizar la seguridad,
proporcionar asistencia humanitaria y abordar las causas profundas del
conflicto que se beneficia de la corrupción y la impunidad”, agregó la
Asociación Pop No’j.
Los refugiados han
recibido apoyo también de otras instituciones, iglesias, comerciantes y algunas
comunidades grandes. Foto del Gobierno de Guatemala.
Un total de 44 familias mexicanas se encuentran refugiadas en Cuilco, en la frontera de Guatemala con México. Foto del Gobierno de Guatemala
Por Isela Espinoza