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MANIFIESTO CIRCULO DE SILENCIO
9 de Octubre de 2024
Comenzamos nuestro
Círculo de Silencio con la encuesta del CIS del pasado mes de septiembre,
cuando el 30% de los encuestados citaba la inmigración como uno de los tres
primeros PROBLEMAS de España, cifra que lleva subiendo desde final de la
pandemia.
El porcentaje de gente
que citaba la inmigración como problema alcanzó cotas similares a las actuales
en los meses de septiembre de 2018 y 2019: Los picos de inquietud suelen
ocurrir tras el verano, quizás por efecto de las llegadas de migrantes a las
costas españolas que, aunque sean solo una parte pequeña, dejan más imágenes e
impacto, agrandadas por medios de comunicación y partidos políticos que buscan
en ello rédito económico y electoral.
Hein de Haas es un catedrático de sociología de la Universidad de Ámsterdam que lleva décadas estudiando la inmigración con una perspectiva amplia. Ha escrito un libro titulado los Mitos de la Inmigración, traducido ya al castellano. Hay un aspecto que se esclarece en el libro y no tiene que ver con estar o no estar de acuerdo con la inmigración, sino con que siempre se hable de las personas migrantes como si no fueran parte o no pudieran entender lo que se dice en los debates o mesas redondas en torno a las migraciones. Ellos son parte de ese “nosotros”, y muchas de las personas migrantes disfrutan de una ciudadanía plena, aunque el tratamiento que se da a la inmigración en muchos medios de comunicación hace que vuelvan a sentirse extranjeros y extranjeras, por muy integrados que estén.
El libro de De Haas es
de una enorme utilidad porque en él desmonta muchos de esos planteamientos
extendidos en el debate público. Ni hay más inmigrantes que nunca ni los
extranjeros aumentan los índices de delincuencia o quitan trabajos a los
locales; tampoco los traficantes son el motor del cruce clandestino de
fronteras, ni las ayudas al desarrollo frenarán las aspiraciones de emigrar.
Sostiene este catedrático.
Esto dice Haas: “Si los
políticos siguen diciendo que la inmigración es una gran amenaza, la gente
empieza a percibir que es una gran amenaza. Creo que España, donde la
inmigración no era un tema tan candente en comparación con otros países
europeos, es muy buen ejemplo de cómo se ha politizado este debate. Por una
parte, hay cambios reales, porque España, como tantos países europeos, se ha
convertido cada vez más en un país de destino de la inmigración, pero también
es una construcción política. Para los políticos, la inmigración es un tema muy
atractivo porque hay mucho descontento entre las clases medias bajas y las
clases bajas, los salarios reales no han aumentado, mientras que los precios
son cada vez más altos; cada vez es más difícil encontrar una vivienda, hay
problemas con la sanidad, la educación... Es muy tentador culpar a los inmigrantes
de sus propias políticas, son el chivo expiatorio”.
En otro orden de cosas,
no podemos olvidar a las decenas de migrantes desaparecidos en el Atlántico el
28 de Septiembre, al volcar el cayuco en el que viajaban al menos 84
personas cuando era rescatado a cuatro millas de El Hierro, lo que convierte el
naufragio en una de las mayores tragedias migratorias en la costa española.
Este año han muerto navegando hacia el Archipiélago —sin este último suceso—
781 personas, según un programa de la ONU que solo computa los fallecimientos
fehacientes. En todo 2023, que se sepa, murieron 959 personas.
El sangrante drama
humano añade urgencia a la necesidad de un acuerdo político que alivie ya la
situación de las islas, en especial en el caso de los menores migrantes. La
capacidad de Canarias para acogerlos ha quedado desbordada notoriamente, como
ha reiterado su Tribunal Superior. Los servicios de acogida llevan meses
colapsados. Atienden a más de 5.500 menores cuando su capacidad máxima se halla
sobre los 2.000. Ello se traduce no solo en hacinamiento, sino en casos de
supuesto maltrato y atención deficiente. Estos menores ya no podían esperar más
el pasado julio, cuando el PP, Vox y Junts rechazaron la reforma legal para
hacer obligatorio su reparto entre todas las comunidades autónomas; ahora sus necesidades
son más acuciantes.
Remediar la situación
de los menores es lo más perentorio, pero Canarias precisa soluciones en
múltiples ámbitos y con vocación de largo plazo en una cuestión ya estructural,
soluciones que desbordan el ámbito nacional y en las que España debe implicar a
sus socios europeos. El Archipiélago ha recibido en los nueve primeros meses de
este año 30.808 inmigrantes irregulares, algo más del doble que en el mismo
periodo de 2023. No obstante, las entradas irregulares por esta vía dramática
son un porcentaje mínimo con respecto al grueso de los inmigrantes, que llegan
por los aeropuertos y procedentes de Latinoamérica.
Amigos, comienza
nuestro TIEMPO DE SILENCIO.
MESA
DIOCESANA DE ATENCION Y ACOGIDA DE MIGRANTES Y REFUGIADOS DE CÁDIZ Y CEUTA.
Colaboración de Juan García de Paredes.