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16 de octubre de 2024

EVANGELIO DOMINGO 20-Octubre-2024 (Marcos 10,35-45)- Reflexiones de Pagola

NO IMPONERSE, SINO SERVIR 

En aquel tiempo se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y les dijeron:

Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.

Les preguntó:

¿Qué queréis que haga por vosotros?

Contestaron:

Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.

Jesús replicó:

No sabéis lo que pedís;¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?

Contestaron:

Lo somos.

Jesús les dijo:

El cáliz que yo voy a beber lo beberéis y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo:

Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso; el que quiera ser grande sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate de todos (Marcos 10, 35-45)

NADA DE ESO ENTRE NOSOTROS

Camino de Jerusalén, Jesús va advirtiendo a sus discípulos del destino doloroso que le espera a él y a los que sigan sus pasos. La inconsciencia de quienes lo acompañan es increíble. Todavía hoy se sigue repitiendo.

La ambición siempre divide y enfrenta a los discípulos de Jesús. La búsqueda de honores y protagonismos interesados rompe la comunión de la comunidad cristiana. También hoy.

El hecho es tan grave que Jesús <<los reúne>> para dejar claro cuál es la actitud que ha de caracterizar a sus seguidores. Todos conocen sobradamente cómo actúan los romanos, <<jefes de los pueblos>> y <<grandes>> de la tierra: tiranizan a las gentes, las someten y hacen sentir a todos el peso de su poder. Pues bien, <<vosotros nada de eso>>.

Entre sus seguidores todo ha de ser diferente: <<El que quiera ser grande sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero sea esclavo de todos>>

En la Iglesia, todos hemos de ser servidores. Nos hemos de colocar en la comunidad cristiana no desde arriba, desde la superioridad, el poder o el protagonismo interesado, sino desde abajo, desde la disponibilidad, el servicio y la ayuda a los demás.

Nuestro ejemplo es Jesús. No vivió nunca <<para ser servido, sino para servir>>. Este es el mejor y más admirable resumen de lo que fue su vida.

CONTRA LA JERARQUÍA DE PODER

Entre los suyos no ha de existir esa jerarquía de poder. Nadie está por encima de los demás. No hay amos ni dueños. La parroquia no es el párroco. La Iglesia no es de los obispos y cardenales. El pueblo no es de los teólogos. El que quiera ser grande que se ponga a servir a todos.

Necesitamos en la Iglesia cristianos dispuestos a gastar su vida por el proyecto de Jesús, no por otros intereses. Creyentes sin ambiciones personales, que trabajen de manera callada por un mundo más humano y una Iglesia más evangélica.

Padres que se desviven por sus hijos, educadores entregados día a día a su difícil tarea, hombres y mujeres que han hecho de su vida un servicio a los necesitados. Son lo mejor que tenemos en la Iglesia. Loa más <<grandes>> a los ojos de Jesús.

NO IMPONER, SINO SERVIR

Hace algunos años, Marcel Légaut publicaba un penetrante estudio en el que, después de analizar y diferenciar lo que él llama <<religión de autoridad>> y <<religión de llamada>>, sugería caminos y pistas de futuro para una Iglesia que busque ser fiel a Jesús en la sociedad moderna.

Las <<religiones de autoridad>> ofrecen, según el pensador francés, certezas absolutas y estructuras seguras. Al mismo tiempo exigen de sus miembros obediencia y sometimiento.

Además, cuando una <<religión de autoridad>> se instala mayoritariamente en una sociedad, trata de influir y dominar para impedir que se tome una orientación opuesta o ajena a sus dogmas religiosos.

La <<religión de llamada>> es diferente. No impone una doctrina, sino que propone un camino de salvación. No dictamina, solo llama e invita. No entiende su actuación como un ejercicio de poder, sino como un servicio. No pretende someter a nadie con coacciones. Se pone más bien al servicio del ser humano para invitarlo a buscar en Dios su vida plena.

Jesús entiende toda su actuación como un servicio. Sus seguidores no han de dominar ni oprimir. Han de servir como él mismo, que <<no ha venido para ser servido, sino para servir>>.Un cristianismo autoritario tiene poco futuro.

¿QUÉ ES TRIUNFAR EN LA VIDA?

<<El que quiera ser grande que se ponga a servir>>. ¿Qué eco pueden tener estas palabras de Jesús en la sociedad actual . Nadie quiere ser hoy ni grande, ni héroe, ni santo. Basta con <<triunfar>> logrando una buena calidad de vida, éxito profesional y un bienestar afectivo suficiente. Lo inteligente es vivir a gusto y tener siempre algo interesante que hacer o contar. Ser un <<triunfador>>.

¿Y los demás? ¿Quién piensa en los demás? Lo que haga cada uno es cosa suya. No vamos a meternos en la vida de los otros.

Eso sí, a ser posible es mejor vivir sin tener que depender de nadie.

¿Servir a los demás? Un <<triunfador>> no entiende exactamente que quiere decir <<servir>>. Más bien tiende a <<servirse>> de todos utilizándolos para sus intereses y juegos.

Según Jesús, si alguien quiere triunfar en la vida a de saber amar, salir de su narcisismo, abrir los ojos y ser sensible al sufrimiento de los demás.

Nadie es triunfador si no hace más feliz la vida a los demás.

SON GRANDES, AUNQUE NO LO SEPAN

Nunca viene su nombre en los periódicos. Nadie les cede el paso en lugar alguno. No tienen títulos ni cuentas corrientes envidiables, pero son grandes. No poseen muchas riquezas, pero tienen algo que no se puede comprar con dinero: bondad, capacidad de acogida, ternura y compasión hacia el necesitado.

Hombres y mujeres del montón, gentes de a pie a los que apenas valora nadie, pero van pasando por la vida poniendo amor y cariño a su alrededor. Personas sencillas y buenas que solo saben vivir echando una mano y haciendo el bien.

Padres sencillos y buenos que se toman tiempo para escuchar a sus hijos pequeños, responder a sus infinitas preguntas, disfrutar con sus juegos y descubrir de nuevo junto a ellos lo mejor de la vida.

Madres incansables que llenan el hogar de calor y alegría. Mujeres que no tienen precio, pues saben dar a sus hijos lo que más necesitan para enfrentarse confiadamente a su futuro.

Esposos que van madurando su amor día a día, cuidando generosamente la felicidad del otro, perdonándose mutuamente en los mil pequeños roces de la vida.

Estas gentes desconocidas son los que hacen el mundo más habitable y la vida más humana. Ellos ponen un aire limpio y respirable en nuestra sociedad. De ellos a dicho Jesús que son grandes porque viven al servicio de los demás.

Es posible que nadie les agradezca nunca nada. Probablemente no se les harán grandes homenajes.

Pero estos hombres y mujeres son grandes porque son humanos. Ahí está su grandeza. Ellos son los mejores seguidores de Jesús, pues viven haciendo un mundo más digno, como él. Sin saberlo, están abriendo caminos al reino de Dios.

José Antonio Pagola

Colaboración de Juan García de Paredes.