El Espíritu de Dios aletea
en todos los confines de la tierra.
El Espíritu de Dios impulse
la vida en todos los rincones del orbe.
El Espíritu de Dios
alienta en mí el aire de la libertad,
alienta en mí el aire de la justicia,
alienta en mí el aire de la verdad,
alienta en mí el aire de la paz,
alienta en mí el aire de la vida,
alienta en mí el aire del silencio,
alienta en mí el aire
de la palabra profunda,
alienta en mí el aire
de entrega y santidad,
alienta en mí el aire
de la solidaridad…
Espíritu de Dios,
aviva en mí todo lo que está dormido,
aviva en mí todo lo que está marchito,
aviva en mí todo lo que languidece,
aviva en mí todo lo que muere
de tristeza,
aviva en mí todo deseo
de las cosas de arriba,
aviva en mí todo anhelo
de perfección,
aviva en mí todo gesto
de acogida del hermano.
Espíritu de Dios,
que tu iglesia siga siendo
lugar de paz,
que tu Iglesia siga siendo
ámbito de libertad,
que tu Iglesia siga siendo
luz y sal de la tierra,
que tu Iglesia siga siendo
samaritana,
que tu Iglesia siga siendo
misericordiosa,
que tu Iglesia siga siendo
casa de los pobres,
que tu Iglesia siga siendo
espejo de verdad.
Espíritu de Dios,
danos fuerza para participar
en el parto de los cielos nuevos
y la tierra nueva
mientras llega el reino definitivo
prometido por Jesús. Amén.
Palabras para el Silencio
Martín Irure
Colaboración de Juan García de Paredes.