MARTÍN VALMASEDA
LA LUPA
Se trata de
un objeto del que desde
hace algún tiempo
no puedo prescindir, es decir
que me falla
la visión. Las lupas sirven
para agrandar las imágenes, lo que se
ve demasiado pequeño. Empezó usando la
lupa el detective Sherlock Holmes y
desde entonces se
ha plagado la sociedad de
detectives con su
lupa para aumentar o exagerar lo que vemos en las vidas ajenas.
Lo malo es
que no hay
lupas universales que
lo enfoquen todo, todo a
la vez.
Antes de inventarse la lupa se usaban las alforjas. ¿Ya conocen el cuento de Periquillo
sin miedo (obra del P.
Coloma)?. El tal Periquillo
iba canturreando por el camino:
"En una
alforja al hombro llevo los
vicios los ajenos delante detrás los míos; eso hacen todos así
ven los ajenos mas
no los propios"
Nosotros hoy no llevamos alforjas, sino dos lupas; una que
nos sirve para
aumentar los defectos
y errores de la
gente que nos cae mal,
otra que creemos
objetiva y exacta para observar nuestras acciones y
análisis de la
realidad. Sería bueno que
llevásemos esa lupas
a una óptica: "Por favor
¿podrían analizar
la graduación de estas
lupas?". Lo mismo salíamos de la óptica cantando entre dientes: dentro de
mi cartera llevo dos lupas
una ve los defectos otra los
disimula si me equivoco veré
que soy yo
mismo igual que todos".