Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

26 de diciembre de 2024

ROMANCE PARA UNA NAVIDAD SOLIDARIA

NAVIDAD EN LA DANA









PASTOR:

Era una noche sin luna,

era una noche estrellada,

oscura como las sombras,

helada como la escarcha.

Yo estaba con mi ganado

al calor de la majada

cuando sentí el alboroto

de las ovejas y cabras.

Una estrella deslumbrante

llenó con su luz tan clara

los caminos y los montes,

los barbechos y cañadas.

Sentí gozo y sentí miedo,

se me iluminó la cara.

Cuanto más era de noche,

la estrella más alumbraba.

En un pequeño refugio

hecho de barro y de cañas

una niña nazarena

en plena noche alumbraba.

¡Ay qué niño tan pequeño!

¡Ay qué madre más amada!

¡Ay qué portal más humilde!

¡Ay qué noche tan helada!

Oí de pronto a lo lejos

cantos de gloria que hablaban

del Niño Dios que ha nacido

de una doncella sin mancha.

Acercaos los pastores

que el Niño Dios os aguarda.

sobre la gruta de tierra

unos ángeles cantaban:

 

CORO:

Gloria a Dios en las alturas

Y bendita la mañana

que nos trae la buena nueva

de paz y amor; y proclama

la salvación y la vida

a los hombres que Dios ama.

 

PASTOR:

Subí corriendo la senda

hacia Belén. En mi espalda

llevaba el zurrón y dentro

almendras, miel y cuajada

por si el niño que ha nacido

tenía hambre y lloraba.

No podía ser más tierna

la escena que contemplaba:

Una madre, casi niña,

un niño que deslumbraba,

un padre que sonreía,

una mula que soplaba,

una vaca que mugía,

y unos ángeles cantaban.

 

CORO:

Gloria a Dios en las alturas

y bendita la mañana

que nos trae la buena nueva

de paz y amor, y proclama

la salvación y la vida

a los hombres que Dios ama.

 

Me arrodillé en un rincón

para no perderme nada.

Una lágrima de gozo

me resbaló por la cara

cuando el niño se dormía

y su madre lo miraba

con un amor tan inmenso

que todo lo transformaba:

las pajas se hicieron cuna,

la noche se iluminaba,

los pastorcillos reían

y los ángeles cantaban.

 

CORO:

Gloria a Dios en las alturas

y bendita la mañana

que nos trae la buena nueva

de paz y amor; y proclama

la salvación y la vida

a los hombres que Dios ama.

 

NARRADOR:

 








De pronto llegó un muchacho,

de las tierras de la Dana

Se arrodilló ante el pesebre

y con voz entrecortada

hablaba de esta manera,

mientras lloraba y lloraba.

 

NIÑO DE PAIPORTA:

 









Aquí estoy, niño querido,

vengo de tierras lejanas

para poner a tus pies

lo que mis gentes reclaman.

Esa dana que pasó

nos ha dejado sin nada.

Están sin cole los niños,

se han derrumbado las casas,

escasean alimentos

y nos faltan esperazas.

Sólo tú, niño querido,

sólo tú, niño de alma,

puedes bendecir los campos,

y puedes curar las almas.

Sólo tú, Niño de cielo

puedes sembrar esperanza

si tocas el corazón

de otros pueblos y otras razas

para que sean humanos

y, con su ayuda, este drama,

pueda ser aminorado

en donde arreció la dana.

 

NARRADOR:

El niño se ha despertado

Y una lágrima le baña.

Sus ojos brillan de pena,

Y es tan tierna su mirada

que parece un corderillo

tumbado sobre las pajas.

Sólo los ángeles se oyen

Encima de la cabaña.

 

CORO:

Gloria a Dios en las alturas

y bendita la mañana

que nos trae la buena nueva

de paz y amor; y proclama

la salvación y la vida

a los hombres que Dios ama.









Religión Digital