Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

29 de enero de 2025

EL DIOS DE TRUMP

Mariann Budde, obispa episcopal de Washington le ha pedido directamente a Trump misericordia de las personas de la comunidad LGTB, de los trabajadores migrantes que carecen de documentación para residir legalmente en los EEUU, pero el nuevo presidente no se ha dado por aludido, más, al contrario, le ha pedido a esta valiente autoridad eclesial rectificación. Eso de la misericordia no va con él. Ojalá la Misericordia sea también con él cuando su América sea un poco más chica y humilde, cuando él deje de ser el hombre más poderoso del mundo, cuando sea un humano más que, desnudo de cualquier equipaje y ostentación, viaja a la Otra Orilla.

Afirma que Dios está con él, pero yo creo que Dios se acerca estos días especialmente a la mexicana con ojeras que han reportado las cámaras y que llora ante la frontera de EEUU al ya no poder ya traspasarla. Yo creo que está más con el indocumentado de Chicago que se despierta sobresaltado de noche al soñar que ha sido esposado y sacado del país en el que ha rehecho su vida y al que ha entregado años de trabajo y sudor. Yo creo que se mantiene a la vera del enfermo de Harlem que hace infructuosos cálculos para intentar llevar su tratamiento ahora ya sin el apoyo estatal. Yo creo que, definitivamente, está con nuestra querida Madre Tierra que padece con nuevas perforaciones, que observa con pena retirarse a la nación más poderosa de los tratados para protegerla… Yo creo que está más con los últimos, con los oprimidos, con los que no necesariamente son blancos, guapos, fuertes, pudientes, cristianos…

“Fui salvado por Dios para hacer de nuevo grande América…”, afirmó Trump. Trump cree en un Dios que le mantiene especialmente en su retina, que se afana en protegerle, en amparar sus desatinos. Es con él actúe como actúe. Por eso Trump se coloca en primera fila en la iglesia, se adelanta puntual a comulgar…, pero a la salida del templo corre a firmar decretos que persiguen a los últimos y más desprotegidos, que arremeten contra la diversidad, que agreden a la Madre Tierra… Con su firma acelerada tras la misa, ensalza y libera a los coléricos que asaltaron sagradas instituciones. Triste sería la “la gracia de Dios” si fuera ella la que lo mantiene presidente.

¿Cómo le reza Trump a Dios cuando se arrodilla en la iglesia? ¿Llevará a esa íntima cita el mismo tono altanero o se impregnará con un poco de humildad? ¿Será sólo un monólogo altivo o permitirá en algún momento que el Todo le hable, le interpele y cuestione…? En Trump habitará su propio Dios, pero mucho nos tememos que lo ha fabricado a su imagen y semejanza. Aquí hay dioses para todos los gustos y colores, sobre todo para todas las preferencias de nuestra personalidad inferior. Los podemos fabricar a nuestra imagen y semejanza, rendirlos a nuestros intereses más bajos. Dios sigue siendo manipulado para el ejercicio del dominio de poderosos sin escrúpulos.

Los que se creen los dueños de este mundo y ahora ya también allende él, caerán, como cayeron y seguirán cayendo quienes no se atienen a la ley del amor y la solidaridad universal. Trump ha burlado todos los tribunales a pesar de haber conculcado tantas veces la ley…, mas hay un banquillo póstumo que no podrá burlar, aun con toda su ancha red de influencias. La astucia que sirve para burlar los tribunales de la tierra, se estrella ante la Justicia de otro orden.

Sólo nos queda refugiarnos en el Misterio que no tiene otro bando que el del amor incondicional, que ahuyenta en nosotros todo resentimiento para quienes mancillan su nombre. Es la hora en la que se nos pide adicional ejercicio de valentía, sobre todo de fe. Si en verdad, tal como le pedimos a Trump, nosotros nos presentamos humildes y receptivos ante el Eterno, no deberemos abrigar duda de que nos pide que arranquemos de nuestro corazón toda semilla de odio para con este poderoso tan orgulloso, de que la remplacemos por la de la compasión y la paciencia 

Obispa pide a Trump piedad para migrantes

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