Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

9 de abril de 2025

POSCAPITALISMO

Hacia el poscapitalismo.

Hoy parece que la aspiración a superar el capitalismo está prácticamente abandonada. Rafael Diaz Salazar  Se habla de la consolidación de un “sentido común neoliberal”. Es una gran victoria de la cultura capitalista y sus medios de comunicación.  Pero por otro lado la ciencia nos dice  que lo que tenemos que superar es la esperanza de mantener la civilización capitalista y su forma de vida . El planeta Tierra no lo aguanta. La aspiración de millones de personas a  poder vivir de forma parecida a lo que hacen las élites capitalistas y las clases medias altas es un despropósito. No hay recursos en la Tierra para mantener esa forma de vida. Necesitamos imperiosamente impulsar un cambio cultural y antropológico que nos lleve a una civilización que permita a la humanidad evitar un colapso catastrófico.

Aquí debemos tener en cuenta que, se expresa como se expresa, la aspiración más universal y profunda de los seres humanos es la felicidad. Y yo aquí siempre recuerdo  el pensamiento de Séneca “Todos quieren vivir felices, hermano, pero andan a ciegas queriendo descubrir lo que hace feliz la vida”. Este contraste entre atractivo insoslayable que ejerce la felicidad y la niebla en que se esconde hizo de la búsqueda de la felicidad uno de los temas estrella de la reflexión filosófica. Hasta que en esta secular búsqueda de la esquiva felicidad irrumpe el hombre burgués con una fórmula humanamente muy burda, pero clara y asequible: La felicidad se vende, sólo necesitas poder adquisitivo para comprarla . Cuanto más poder adquisitivo tengas, más podrás comprar.

Esto nos lleva buscar la felicidad a través de la riqueza. Ya a principios del XIX,  Jeremy Bentham, presenta una imagen acabada de este modelo humano firma que “A cada porción de riqueza corresponde una porción de felicidad”  y que “El dinero es el instrumento con el que se mide la cantidad de dolor o de placer”. A este planteamiento Aranguren da una respuesta contundente: La capacidad apetitiva del hombre es infinita, sólo con el infinito puede colmarse. Y evidentemente el infinito no está en venta.

Pero, sin llegar a profundas reflexiones filosóficas, hay otra razón muy clara. Y es que al capitalismo no le interesa en absoluto nuestra felicidad. La razón no puede ser más comprensible. La gente que se siente realmente satisfecha y feliz consume poco, está a gusto como está, con lo que tiene. No necesita más. Compra sólo lo verdaderamente necesario para mantenerse en ese estado. Y evidentemente eso es una ruina para la economía capitalista.

Pero no basta con criticar el consumismo, es necesario plantear alternativas. Podemos buscarla en muchos campos, pero quiero fijarme en uno fundamental: la calidad de nuestras relaciones humanas. Jorge Riechmann escribe “La investigación contemporánea sobre la felicidad desde la psicología y las ciencias humanas, redescubre y afianza una antigua propuesta de Aristóteles y Epicuro: la clave son los vínculos sociales satisfactorios”.

Unas satisfactorias  relaciones humanas pueden ayudar a liberarnos del afán consumista.

Antonio Zugasti